El servicio de emergencia civil palestino y el personal médico han recuperado unos 200 cadáveres desde que entró en vigor el alto el fuego entre Hamás e Israel el domingo, informa Reuters. Mahmoud Basal, jefe del servicio, dijo a Reuters que las operaciones de extracción se han visto dificultadas por la falta de movimiento de tierra y maquinaria pesada, y ha añadido que Israel había destruido varios vehículos y matado al menos 100 de sus empleados. Basal estima que todavía no se han encontrado ni enterrados los cuerpos de unos 10.000 palestinos muertos a la guerra.
Con respecto a los escombros y la cantidad de casas destrozadas después de los 15 meses de guerra, una evaluación de daños de la ONU publicada este mes habría calculado que limpiar más de 50 millones de toneladas de escombros que quedaron después del bombardeo de Israel podría hacer 21 años y costar hasta 1.150 millones de euros. Miles de los 2,3 millones de habitantes de Gaza están buscando los cuerpos de sus familiares desaparecidos bajo los escombros o enterrados en fosas comunes durante los ataques terrestres israelíes. Rabah Abulies, un padre de 68 años que perdió su hijo Ashraf en un ataque israelí, dijo a Reuters que quiere darle a su hijo una tumba adecuada. "Su cuerpo está con docenas de otros, no hay tumba para él, no hay ninguna lápida que lleve su nombre", dijo a la agencia de noticias a través de una aplicación de chat desde la ciudad de Gaza.
La fragilidad del alto el fuego
Después de meses de negociaciones, un alto el fuego ha puesto en pausa la devastadora guerra en Gaza, pero el acuerdo corre el riesgo de fracasar a causa de la profunda desconfianza entre Israel y Hamás y la naturaleza del acuerdo, informa la Agence France-Presse (AFP). Qatar, que medió en las conversaciones junto con los Estados Unidos y Egipto, ha expresado su esperanza de que la tregua de seis semanas y el intercambio de rehenes por prisioneros se conviertan en permanentes. Sin embargo, este resultado está lejos de ser seguro, ya que las liberaciones se han programado a un ritmo más lento en comparación con un acuerdo de tregua anterior.
Lo que complica todavía más el alto el fuego es que el texto del acuerdo no se ha hecho público, cosa que aumenta el riesgo de inconvenientes de último momento y de diferencias de interpretación entre las partes. "Desafortunadamente, hay un gran riesgo que la tregua se descarrile y que [el primer ministro israelí, Benjamin] Netanyahu continúe su campaña militar en Gaza", ha dicho a AFP Anna Jacobs, del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington.