"Free Julian Assange" fue el clamor unánime que resonó este sábado en las calles de Londres para pedir la libertad del creador de WikiLeaks. Convocadas por la plataforma Don't Extradite Assange, centenares de personas se movilizaron para reclamar que se evite su extradición. Y es que, aunque a principios de este año una jueza británica denegó la extradición a los Estados Unidos por su estado de salud, las cosas podrían girarse la semana que viene cuando el caso llegue al Alto Tribunal del Reino Unido el 27 y 28 de octubre.
Desde el gobierno norteamericano, acusan a Assange de haber violado la Ley de Espionaje del país al filtrar documentos de la CIA sobre los crímenes de guerra de los EE.UU. en Afganistán y Iraq; unos cargos que podrían comportarle hasta 175 años de prisión. Varias organizaciones consideran que estas penas son un ataque directo a las libertades fundamentales no sólo de Assange sino de toda la ciudadanía, y creen que la sentencia que negó la extradición a principios de año fue la correcta. "Estamos aquí para decir que la decisión no se tendría que revertir. Estamos a favor de la libertad de prensa y queremos a Julian Assange libre entre nosotros", reivindicaba ayer John Rees, uno reconocido activista británico y impulsor de Don't Extradite Assange.
Delante de los Reales Tribunales de Justicia de Londres, donde acabó la manifestación de este fin de semana, también alzaron la voz otras caras conocidas, como el editor jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, y los diputados laboristas, John Mcdonell y Richard Burgon. "Acabaremos viendo justicia para Julian Assange y para el periodismo", aseguró Hrafnsson.
El caso de Julian Assange
Desde 2019, Julian Assange se encuentra a la prisión de alta seguridad de Belmarsh (Londres) a la espera de que la justicia británica se pronuncie definitivamente sobre la petición de extradición a los Estados Unidos. El caso, sin embargo, se remonta a 2010, cuando Wikileaks publicó una de las mayores filtraciones de la historia: miles y miles de documentos y grabaciones de las actuaciones más crueles del ejército estadounidense durante la llamada Guerra contra el Terrorismo, en el Oriente Medio.
Las revelaciones convirtieron Assange en un héroe para muchos, pero también en un objetivo a eliminar pels governs als quals havia deixat en evidència. Dos años después, Assange pidió asilo político a la embajada del Ecuador en Londres para evitar la extradición a Suecia, donde estaba acusado de varios cargos, entre los cuales un presunto caso de violación.
En la embajada ecuatoriana estuvo siete años, reivindicando desde el balcón justicia para su caso y otras causas – como el referéndum de Catalunya – mientras su salud se iba deteriorando ante los ojos del mundo.
En 2019, sin embargo, el gobierno ecuatoriano de Lenín Moreno dejó de ofrecerle protección. Entonces, fue detenido por la policía británica y encarcelado con una pena de un año de prisión por haber incumplido con la libertad vigilada a la cual estaba sometido cuando se refugió en la embajada.
El mundo alza la voz por Assange
Desde aquella detención ya han pasado más de dos años y, aunque ya ha cumplido con la pena dictada en 2019 y en estos momentos ya no hay ningún cargo contra él desde Suecia, todavía se encuentra encarcelado de manera preventiva sin fianza en el centro penitenciario de alta seguridad de Belmarsh, en Londres.
Precisamente con este nombre, Belmarsh, es como se ha bautizado el tribunal popular que quiere juzgar de manera simbólica los crímenes de los EE.UU. en Afganistán e Iraq que WikiLeaks sacó a la luz. Inspirándose en el tribunal de Bertrand Russell y Jean-Paul Satre que en 1966 juzgó los crímenes de la Guerra de Vietnam, el Tribunal de Belmarsh se reunió el viernes en la Church House de Westminster. Durante más de dos horas, varias personalidades como el político griego Yanis Varufakis, el diputado laborista Jeremy Corbyn y el exmiembro de la CIA Edward Snowden, expusieron los crímenes revelados por WikiLeaks y denunciaron la persecución política que sufre su fundador.
"Ha sido perseguido por revelar los crímenes que los líderes elegidos por nosotros han perpetrado a nuestras espaldas. Por eso lo están matando lentamente", acusó Yanis Varoufakis. De hecho, no fue el único que dijo que Assange es víctima de una estrategia de represión que poco a poco le está quitando la vida.
Los planes de la CIA para secuestrar y asesinar a Assange
La situación de la salud de Assange fue uno de los motivos principales de la jueza Vanessa Baraitser para denegar la petición de extradición. Baraitser consideró que el australiano, de 49 años, presentaba un riesgo de suicidio y podría quitarse la vida si lo procesaban en los EE.UU., donde sería retenido en situación de aislamiento.
La situación en la prisión británica, sin embargo, no es mucho más favorable. "Belmarsh tiene un régimen brutal. En solo un mes desde que visité Assange, ya ha habido un suicidio. Lo estamos oprimiendo de una manera que perjudica su salud y bienestar, y que en otras personas ya ha provocado autolesiones y suicidios", denunció al diputado laborista John Mcdonell durante la manifestación del sábado. También la pareja de Assange y abogada, Stella Moris, denunció ayer la situación en que se encuentra Assange, fruto, según ella, de una persecución política que lo ha llevado al límite.
De hecho, no solo hay quien cree que los gobiernos occidentales han intentado callar Assange a base de tortura psicológica, sino que, además, hace poco se supo que la CIA planeó poner fin a su vida de manera directa. Fue el año 2017, bajo la administración Trump. Según revelaron varias fuentes del servicio de inteligencia a Yahoo News, algunos altos cargos tramaron el secuestro del fundador de WikiLeaks y discutieron planes para asesinarlo.
Son estas amenazas las que sustentan los argumentos de Moris, quien ayer, delante de los Reales Tribunales de Justicia, defendió que "es inconcebible que estas cortes decidan extraditar Assange en un país que planeó su asesinato". Pero nada está decidido todavía. En estos mismos tribunales, los jueces británicos tendrán que escuchar el 27 y 28 de octubre la apelación de los EE.UU. para reclamar de nuevo que Assange sea extraditado y juzgado en Norte América. Después de años convertido en enemigo de la nación y viviendo en una constante tensión con el gobierno americano, la semana que viene se abre un nuevo capítulo en el caso de Julian Assange.