Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, ha conseguido un hito insólito en el país latinoamericano: unir todo el arco parlamentario en su contra. Miles de personas han salido a la calle para exigir la destitución del presidente, el cual se encuentra investigado por posible corrupción en la compra de las vacunas anti-Covid. Brasil es uno de los países más afectados por la pandemia y contabiliza más de medio millón de muertes por coronavirus.
Las manifestaciones se han propagado por todo el país en ciudades como Río de Janeiro, Sao Paulo, Recife o Brasilia. En todos los casos han transcurrido con calma y se unían bajo la misma consigna: "Fuera de Bolsonaro". Un lema que ha unido tanto la oposición de la derecha como de la izquierda los últimos días, las cuales también han formalizado ante la Cámara de Diputados un pedido de destitución de presidente, según informa Efe.
Contratos sospechosos
Las sospechas con las vacunas pasan sobre todo por la Covaxin, de laboratorio indio Bharat Biotech, y un contrato de intención de compra negociado con un "intermediario" local, el cual ya es sospechoso haber "vendido" un lote de medicamentos al gobierno brasileño que no se entregó nunca.
También se ha confirmado la existencia de un acuerdo paralelo, según el cual parte de los 320 millones de dólares que el Brasil pagaría por estas vacunas estaría dirigida a una empresa con sede en Singapur que no figuraba en el contrato. La sospecha se centra en el hecho de que Bolsonaro, el gran negacionista, se ha embolsado dinero de la compra de vacuna en un país que se encuentra en su límite por culpa de la pandemia.
Las irregularidades en la compra de las vacunas fueron notificadas al gobierno por parte de diputados oficialista, pero se hizo caso omiso. Por eso, la Corte Suprema ha autorizado en la Fiscalía General a abrir una investigación penal contra Bolsonaro, que podría costarle el poder si se comprueba que incurrió en delitos.
El reinado del ultraderechista en peligro
En las últimas semanas las manifestaciones contra Bolsonaro no han parado de crecer. Paralelamente, la imagen del gobernante en estado erosionada por la investigación del Senado sobre su gestión de la pandemia. Según una encuesta reciente de la cual se hace eco Efe, la reprobación en el gobierno ha pasado del 39% que tenía en febrero el actual 50%.
Bolsonaro, quien aspira a revalidar su victoria a las elecciones el próximo año, tiene, a estas alturas, un futuro muy negro. Según el mismo sondeo, si se convocaran las elecciones en la actualidad, Luiz Inácio Lula da Silva sería escogido, ya en la primera vuelta, con un 49%, delante del 26% que obtendría Bolsonaro. El actual presidente brasileño ha calificado las encuestas de "mentira" y alertado sus seguidores que está en marcha un "fraude" para 2022, una estrategia casi calcada en la de Donald Trump.