Centenares de personas han hecho cola en el centro de la capital rusa para despedir al último dirigente de la URSS, Mijaíl Gorbachov. La ceremonia se lleva a cabo en la Sala de los Pilares de la Casa de los Sindicatos de Moscú y le seguirá un funeral a puerta cerrada en el cementerio de Novodévichi. El funeral tendría elementos de "funeral de estado", según ha detallado esta semana un portavoz del Kremlin, pero el presidente del país, Vladímir Putin, no asistirá por motivos de agenda. No obstante, la presencia de seguridad ha sido fuerte en el centro de Moscú, donde la policía armada y vehículos blindados se han situado cerca del lugar de la ceremonia. El gobierno ruso está supervisando todavía algunos elementos del funeral, que podrían incluir a una guardia militar de honor.
Putin le llevó flores al hospital
Vladímir Putin no irá al funeral del líder exsoviético, pero fue a despedirse de Gorbachov al hospital moscovita donde el martes pasado murió. "Antes de viajar (en Kaliningrad) el presidente pasó por el Hospital Clínico Central, donde se despidió de Mijaíl Gorbachov. Depositó flores en el féretro", dijo Peskov a la rueda de prensa.
Querido fuera de Rusia, odiado por los rusos
Gorbachov ha vivido los últimos años en dos mundos diferentes. Fuera de Rusia era un líder amado, mientras que dentro del país, muchos rusos no le perdonaron las reformas. Su política de glásnost (apertura) dio a los rusos niveles de libertad antes impensables, como por ejemplo, la apertura de Pizza Hut en Rusia, pero para muchos, su gobierno será recordado por la dramática caída con relación al nivel de vida que comportó esta apertura y también, claro está, la caída de la URSS. Otros, nostálgicos de la Unión Soviética, vieron Gorbachov como el destructor de su imperio y culparon sus políticas para animar los nacionalistas que presionaron con éxito por la independencia en las repúblicas báltico de Estonia, Letonia y Lituania y en otras partes del antiguo bloque soviético
En una encuesta del 2021, de la que se hace eco el The Guardian, más del 70% de los rusos dijeron que su país se había movido en una dirección negativa durante su gobierno, mientras que antes había sido clasificado como el líder ruso más impopular.
Perestroika y glásnost
La caída de la URSS implicó dejar atrás el régimen comunista después de 74 años a través de la perestroika, una reforma integral que tenía que reestructurar y modernizar la economía del país. Así, estas medidas de Gorbachov supusieron una apertura y también comportaron una apertura de puertas a los sistemas capitalistas, marcas y publicitado.