El pasado sábado, se enterró al papa Francisco en una ceremonia que congregó a algunos de los líderes mundiales más destacados, pero uno entre todos agrupaba más miradas: el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El republicano no hace ni 100 días que ha vuelto a la Casa Blanca y su política imprevisible y autoritaria ha distorsionado la geopolítica mundial y su presencia al funeral despertó mucha expectativa. Desde la reunión con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, hasta la posibilidad de un acercamiento con otros líderes europeos. Sin embargo, lo que ha sido su primer viaje oficial en la segunda presidencia, ha sido fugaz y marcado por una cita personal: el cumpleaños de su esposa, Melania Trump.
Según ha informado The Telegraph, Trump se marchó de Roma poco después de que acabas el funeral del pontífice para regalar a Melania una cena romántica a bordo del Air Force One, el avión presidencial, por su 55.º aniversario. "La llevaré a cenar en el Boeing. La llevaré a cenar al Air Force One", avanzó a unos periodistas el pasado viernes, en lo que también reconoció: "No he tenido tiempo de comprar regalos".
Antes de la ceremonia funeraria, Trump se reunió con Zelenski, un encuentro que va despierta muchísima expectación. Varios medios apuntaron que después del entierro, las conversaciones entre los dos, así como con más líderes europeos, continuarían. Sin embargo, el presidente estadounidense no tardó en subir a su avión y dio por finalizado el primer viaje de su segundo mandato.
Mal precedente los aniversarios de Melania
"Ella tiene un cumpleaños de trabajo", reconoció Trump ante la prensa. Sin embargo, los medios no han tardado en tirar de hemeroteca para recordar que solo hace un año, la actual primera dama sopló las velas en peores condiciones. El año pasado, la pareja pasó su aniversario separados, con Melania a Florida, mientras Trump estaba en Nueva York para un juicio sobre pagos de dinero para silenciar a la actriz porno Stormy Daniels. En aquel momento, Trump dijo: "Sería bonito estar con ella, pero soy en un juzgado por un juicio manipulado". Por su parte, Melania mantuvo su característico silencio ante la prensa.
La pareja está más que acostumbrada a hacer vida separada. Incluso ahora que han vuelto a la Casa Blanca. Melania pasa la mayoría de su tiempo en Nueva York, donde su hijo va en la universidad, y solo se la ve acompaña de su marido en contadas ocasiones. Por ejemplo, para la celebración de Pascua en la Casa Blanca.