El Supremo de los Estados Unidos, de mayoría conservadora, ha rechazado la petición de urgencia del presidente Donald Trump de congelar 2.000 millones de dólares en ayuda a la cooperación en el marco de la política de su gobierno orientada a recortar el gasto público. La decisión ha dividido al tribunal, 5 contra 4, y ha servido para confirmar la orden de la jueza de distrito Amir Ali, que tiene la sede en Washington, que había exigido al gobierno que liberara rápidamente los fondos a contratistas y receptores de subvenciones de la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Departamento de Estado por sus trabajos pasados.
La orden de la jueza de Washington había dado originalmente a la Administración hasta el 26 de febrero para desembolsar los fondos, que suben a casi 2.000 millones de dólares. El mismo 26 de febrero, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, dejó la orden suspendida de forma temporal pocas horas antes de la fecha límite para que el tribunal tuviera más tiempo para evaluar la petición formal de la Administración de bloquear la decisión de Ali. Finalmente, este miércoles ha emitido su veredicto.
Los próximos pasos del proceso
A pesar de todo, el caso no queda cerrado aquí. El Supremo ha reclamado a Ali que aclare qué obligaciones tiene el gobierno de Trump para ejecutar su resolución. Los próximos pasos se decidirán en una audiencia judicial que Ali tiene prevista para el jueves. Trump, que llegó a la Casa Blanca con la promesa de poner "América primero", ordenó su primer día en el poder, el 20 de enero, suspender durante 90 días toda la ayuda exterior, cosa que ha impedido la provisión de atención médica vital en muchas partes del mundo. La decisión no se ha ahorrado críticas teniendo en cuenta que muchas organizaciones humanitarias consideran que Trump se está excediendo a su autoridad según la Constitución, ya que es el Congreso quien tiene el poder de decidir sobre los fondos, no el presidente.
El debate sobre la USAID
Debe tenerse en cuenta que los fondos de la USAID son parte del presupuesto federal y, en consecuencia, están sujetos a la aprobación anual por parte del Congreso. Trump ya intentó en su primer mandato reducir los fondos destinados a USAID, pero el Congreso a menudo moduló estos intentos para garantizar que se seguía financiando algunos programas considerados clave. En términos políticos, los demócratas han sido siempre más partidarios de la cooperación internacional, considerada una forma de diplomacia y "soft power".