El 80% de los georgianos quieren unirse a la Unión Europea. ¿Cómo puede, entonces, el gobierno tener tanta confianza con mantenerse en el poder y aprobando la llamada ley rusa? El país está sometido a una grave crisis precisamente por eso. El partido gobernante, Sueño Georgiano, ha aprobado una legislación al estilo ruso, que Bruselas cree que podría utilizarse para etiquetar a los medios, think tanks o las ONG con financiación occidental o coartando la libertad de expresión.
La UE está dejando claro que esta legislación significa que ser miembro de la UE está descartado y las autoridades utilizaron cañones de agua y gas pimienta contra miles de manifestantes que se manifestaban contra ella ante el parlamento miércoles por la noche.
Algunos críticos destacan que el gobierno del país no quiere romper del todo con Rusia y continuar con la trayectoria de la UE, como sí que ha hecho Ucrania. Y también está en juego el poder de las élites, que creen que con las reformas legislativas y judiciales exigidas por la UE podrían perder poder.
Bruselas mira hacia Georgia
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha condenado la respuesta policial a las protestas en Georgia. En una publicación en la red social X, Von der Leyen ha dicho que seguía los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes con "gran preocupación", y ha puesto de manifiesto que "el pueblo georgiano quiere un futuro europeo para su país. Georgia se encuentra en una encrucijada. Tiene que mantener el rumbo en el camino hacia Europa".
En la misma línea se ha expresado el Alto Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, que ha dicho este miércoles que el uso de la fuerza contra los manifestantes era "inaceptable". "Georgia es un país candidato a la UE, pido a sus autoridades que garanticen el derecho de reunión pacífica", ha apuntado.
El jefe de la diplomacia europea también había criticado antes la decisión de Sueño Georgiano de reintroducir la ley, que dijo que "plantea serias preocupaciones" en torno a la libertad de prensa en el país, cosa que ha dicho que era "crucial para el proceso de adhesión a la UE".
El partido gobernante Sueño Georgiano retiró una propuesta similar el año pasado después de grandes protestas contra la medida. La ley exigiría que los medios de comunicación y las organizaciones sin ánimo de lucro registren "que persiguen los intereses de una potencia extranjera" si reciben más del 20% de la financiación fuera del territorio nacional. Los detractores de la medida la consideran un obstáculo para el proceso de adhesión de Georgia a la Unión Europea.