El nuevo líder sirio, Ahmed al Sharaa, que este viernes ha recibido al ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, y a la ministra alemana del mismo ámbito, Annalena Baerbock, en Damasco, está en el centro de una polémica por haber rechazado dar la mano a la representante alemana. Según las imágenes del encuentro, el nuevo líder sirio sí ha dado la mano al ministro francés, pero no ha hecho lo propio con la mujer. El viaje de Barrot y Baerbrock representa la primera visita de alto nivel por parte de una potencia occidental para reunirse con el nuevo gobierno sirio, que el pasado 8 de diciembre derrocó al expresidente Bashar al-Asad.

El gesto no ha pasado desapercibido y algunas voces en X han denunciado la situación, como es el caso de la europarlamentaria belga Assita Kanko, que lo ha considerado “una humillación”.

La televisión estatal siria, alineada con el actual gobierno interino, informó sobre la llegada de ambos representantes diplomáticos a la capital. Por su parte, Barrot confirmó en su cuenta oficial de X que la visita tiene como objetivo “fomentar una transición pacífica y exigente en beneficio del pueblo sirio y de la estabilidad en la región”.

Las expectativas del viaje

Antes de los hechos de la polémica, Barrot ha declarado: “Francia y Alemania están juntas apoyando al pueblo sirio, en toda su diversidad”. Por su lado, Baerbock ha señalado que este viaje se realiza en nombre de la Unión Europea, como una “señal clara” de que un “nuevo comienzo político entre Europa y Siria es viable”. En un comunicado extenso publicado en X, la ministra alemana subrayó que la visita busca demostrar el respaldo de la UE, aunque advirtió que esto viene acompañado de “expectativas claras hacia las nuevas autoridades”. Según Baerbock, un nuevo comienzo solo será factible si todos los sirios, sin importar su origen étnico o religioso, son incluidos en el proceso político.

“Queremos dar apoyo a esta transición: a un traspaso de poder inclusivo y pacífico, a la reconciliación social y a la reconstrucción, además de continuar con la ayuda humanitaria que la UE ha proporcionado de forma constante durante años”, aseguró.

Baerbock también recordó las “décadas de opresión y las atrocidades cometidas por el régimen de Al-Asad”, así como los devastadores efectos de la guerra civil, que ha marcado profundamente a millones de personas en Siria. Sin embargo, señaló que “ese capítulo doloroso ha quedado atrás”. “Un nuevo capítulo ha comenzado, pero aún no se ha escrito del todo. Este es el momento en el que los sirios pueden tomar nuevamente las riendas de su destino”, afirmó.

Reapertura de relaciones diplomáticas

Tras la caída del régimen de Al-Asad, delegaciones diplomáticas de Francia y Alemania visitaron Damasco para reabrir sus embajadas. En esta ocasión, ambos ministros planean reunirse con el nuevo gobierno sirio, encabezado por Ahmed al Sharaa, el mando que lideró la ofensiva que en tan solo doce días derrocó a Al-Asad, ahora exiliado en Moscú.

La agenda incluye una visita a la cárcel de Sednaya, ubicada al norte de Damasco, tristemente célebre por las torturas y abusos sistemáticos que en ella sufrieron los detenidos bajo el régimen depuesto. Según Amnistía Internacional, entre 10.000 y 20.000 prisioneros, incluidos opositores pacíficos y militares sospechosos de traición, fueron recluidos en ese lugar desde el inicio del conflicto en 2011.