Giro militar sin precedentes en Japón por miedo a China, que ya prepara nuevas maniobras para atacar Taiwán. En medio de una tensión creciente en el Asia, el gobierno japonés ha aprobado este viernes unas nuevas directrices de Defensa y ha puesto en marcha el mayor rearme desde la Segunda Guerra Mundial. El conflicto acabó el año 1945 con la derrota de los japoneses y, dos años más tarde, entró en vigor la nueva Constitución del país con un artículo para limitar la capacidad militar japonesa. Pero el partido de Shinzo Abe (asesinado en julio) ha luchado desde entonces por aumentar el poder de las llamadas Fuerzas de Autodefensa de Japón, objetivo que ahora se ha cumplido.
Por primera vez, las directrices en Defensa incluyen la capacidad de atacar bases enemigas en caso de amenaza a la seguridad nacional (cómo podría ser un misil de Corea del Norte). Además, incluyen un incremento récord del gasto militar — como ya hizo Alemania en febrero, con el inicio de la invasión rusa de Ucrania. La nueva hoja de ruta llega después de dos años de polémicas negociaciones, con la ciudadanía molesta y protagonizando toda una serie de protestas que han alcanzado su máximo este viernes. Muchas personas han salido a la calle para mostrar su rechazo al giro militar puesto en marcha por el gabinete de Fumio Kishida (del Partido Liberal Democrático).
La principal novedad es la llamada "capacidad de contraataque", que estipula que el país tiene que contar con los medios militares para impactar objetivos en territorio enemigo. La idea de esta medida es hacer frente a "el entorno de seguridad más grave desde la Segunda Guerra Mundial" y se puede activar bajo tres condiciones: que haya una agresión contra Japón o contra un país aliado que comprometa la supervivencia de Japón, que no existan medios adecuados para repeler el ataque y que el uso de la fuerza sea el mínimo posible. Así pues, los japoneses comprarán armamento norteamericano de ataque a distancia y desarrollarán misiles hipersónicos, misiles guiados antibarcos y drones de combate. Estados Unidos no ha tardado en celebrar el giro militar efectuado por el gobierno japonés.
La polémica "capacidad de contraataque" de Japón
Esta es la medida más polémica de las nuevas directrices de Defensa, con la ciudadanía, expertos legales y la oposición sublevados por mor de su difícil encaje dentro de la Constitución. El artículo 9 de la Carta Magna limita la capacidad militar del país y establece que solo puede recurrir a la fuerza para defenderse, a la vez que renuncia a la guerra para resolver conflictos internacionales. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Japón solo ha contado con las mencionadas Fuerzas de Autodefensa y no ha tenido capacidades militares explícitas. Pero ahora parece que eso puede cambiar.
El objetivo es adaptarse al auge militar de China y a los constantes lanzamientos de misiles de Corea del Norte, así como a la invasión rusa de Ucrania. De hecho, Japón también tiene disputas territoriales con Rusia. Es por eso que elevará entre el 2023 y el 2027 el gasto militar hasta el 2% del PIB, equiparándose así al nivel de los países miembros de la OTAN. Además, rompe con el techo inferior al 1% que se mantenía desde hace décadas. El primer ministro, Fumio Kishida, ha defendido el giro militar porque es "imprescindible" para la supervivencia del país. La excusa que ha utilizado es que las capacidades defensivas actuales "no son suficientes" ante las amenazas presentes.