El gobierno de Canadá tendrá que hacer a partir de ahora una política inmigratoria específica para las comunidades francófonas canadienses, que pasará porque se primen las personas de habla francesa. De esta manera se contempla en la reforma de la ley de lenguas oficiales que han aprobado el Parlamento y el Senado canadienses por amplia mayoría, y ha sido sancionada por el rey de Inglaterra, Carlos III, después de un acuerdo entre el gobierno canadiense y el quebequés. La ley, denominada C-13, señala que a partir de ahora el gobierno canadiense "tiene la obligación de implementar una política federal sobre inmigración francófona para ayudar a mantener y aumentar el peso demográfico de las comunidades minoritarias francófonas". El acuerdo no se refiere solo al Quebec, sino a todas las pequeñas comunidades francesas que existen en Canadá desde el inicio del país. Si bien Quebec es la gran provincia francófona, desde la fundación de Canadá también hay en Ontario (los franco-ontarianos), en New-Brunswick y Nueva-Escocia (Acadianos y Brayones) y Alberta (franco-albertinos), entre otros territorios menores.

Hasta ahora la ley de lenguas canadiense no hacía ninguna previsión sobre las olas de inmigración, y la mayoría eran angloparlantes. Los quebequeses se quejaban de que esta falta de políticas por la lengua a nivel federal iba a favor del inglés y en contra del francés. En Quebec el único idioma oficial es el francés, y eso se practica sin ninguna excepción. No hay carteles de "Stop", sino de "Arrêt", y la cadena Mc Donald's se tiene que afrancesar con la denominación Le Mc Donald's.

La nueva ley establece que el gobierno canadiense tendrá que fijar a partir de ahora una política de inmigración francófona con objetivos, hitos e indicadores. Y reconoce la inmigración como uno de los factores que tiene que contribuir a mantener o aumentar el peso demográfico de las comunidades minoritarias francófonas. La ley también da a las personas que trabajan en empresas privadas reguladas federalmente en Quebec, o en comunidades minoritarias francesas fuera del Quebec, la capacidad de trabajar en francés y recibir también servicio en francés.

Tribunal Supremo bilingüe

 

En Canadá lo que es bilingüe es el Estado federal, en cambio, Quebec solo tiene un idioma oficial, a diferencia de la visión española. Por eso, la ley insiste en el bilingüismo de todas las instituciones federales, hasta el punto que se exigirá de ahora en adelante a todos los jueces designados en el Tribunal Supremo del Canadá que sean bilingües —es decir, que también tendrán que hablar francés— con el fin de mejorar el acceso de todos los ciudadanos a la justicia.

La ministra de Idiomas Oficiales, Ginette Petitpas Taylor, se ha mostrado satisfecha por la puesta en marcha de la ley "para nuestra cultura, identidad y valores canadienses". "Este es un día histórico para las comunidades lingüísticas minoritarias de todo el país, que verán más protegidos y reforzados los derechos lingüísticos. Me siento honrada de formar parte de este éxito que marcará una diferencia real en la vida de los canadienses", ha indicado. La propuesta ha tenido el apoyo del independentista Bloque Quebequés.