El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) ha dejado el país sin Parlamento, que según los opositores al Gobierno era el último reducto de democracia de la Venezuela chavista. La decisión ha dejado descolocados a los Poderes Públicos del país, ya que consideran que apaga la voz de la oposición y que convierte el Judicial en un súper poder que decide las leyes y ejerce su cumplimiento. Los antichavistas lo denominan como un "autogolpe" de estado, porque es una medida que favorece al gobierno actual.
El TSJ mantenía un desacato a la Asamblea Nacional (Parlamento) desde principios del 2016. Eso pasó después de que la directiva de la Cámara decidiera juramentar a tres legisladores opositores indígenas, cuya elección había sido suspendida por un supuesto fraude electoral. La decisión de los opositores de investir a estos tres diputados, a pesar de la prohibición de la máxima corte, fue la fisura entre los poderes públicos que ha acabado desencadenando en este golpe de estado.
El Poder Judicial es, desde hace un año, el gran obstáculo con el que el Parlamento se tropieza continuamente. El acto donde se decidieron los nombres de muchos de los juristas que hoy controlan las salas de la justicia, fue la última acción que emprendieron los chavistas después de perder el control de la Asamblea Nacional.
Esta decisión de anular el Parlamento supone los primeros pasos de la nueva era de la Justicia en Venezuela, que escogió hace un mes a su nuevo presidente, el magistrado Maikel Moreno. Este ha concretado la delimitación de la inmunidad parlamentaría, que ya ha dejado sin privilegios a los diputados para que puedan ser investigados, juzgados o encarcelados.
Esta noticia llega en un momento en que el país se encuentra gravemente afectado por la crisis económica que se enfrenta a la escasez de alimentos básicos y medicinas.
Primeras protestas en el país
La principal autopista de Caracas ya ha sido escenario de dos manifestaciones en contra de la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. Diferentes grupos de jóvenes, simpatizantes del partido Voluntad Popular del opositor preso Leopoldo López, han obstaculizado el acceso a la autopista Francisco Fajardo gritando consignas como: "basta dictadura, queremos libertad" y agitando pancartas en que se lee que "Venezuela quiere libertad".
La oposición ha convocado protestas en las calles del país a partir de este sábado. "Este es el momento de ponerse de pie", ha afirmado el presidente del Parlamento, el opositor Julio Borges. El partido Voluntad Popular ha instado a los venezolanos a reanudar las movilizaciones en la calle para "imponer la voluntad del pueblo". La Organización de Estados Americanos también ha denunciado el "autogolpe" del régimen chavista.