La líder del grupo de mercenarios ruso Wagner, Yevgueni Prigozhin, ha afirmado este domingo que sus combatientes no firmarán ningún contrato para subordinarse al Ministerio de Defensa ruso, después de que el ministro, Serguei Shoigú, manifestara su intención de incorporar a los destacamentos de voluntarios y grupos de mercenarios bajo control de su ministerio para "dotarlos del estatus legal necesario y crear enfoques unificados" en la invasión a Ucrania. Prigozhin, que ha sido siempre muy crítico con el ministro de Defensa y el Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, Valeri Guerásimov, sostiene que el grupo de mercenarios está "completamente subordinado" a los intereses de Rusia y "el comandante en jefe" Putin, pero que tiene una estructura independiente y que, de esta forma, es "altamente efectivo".
Yevgueni Prigozhin, líder de Wagner, ha afirmado en su canal de Telegram que "estas órdenes y decretos que firma Shoigu, se aplican a los empleados del Ministerio de Defensa y al personal militar" y ha concluido en que "la compañía militar privada Wagner no firmará ningún contrato con Shoigú". Prigozhin ha aprovechado para criticar al ministro de Defensa en el comunicado emitido: "Desafortunadamente, la mayoría de las unidades militares no tiene tanta eficiencia y es precisamente porque Shoigú no puede manejar formaciones militares adecuadamente". Contrario a la subordinación ante el ministro Shoigu, el jefe de los mercenarios defiende que Wagner coordina todas sus acciones y hace las tareas establecidas por el general del Ejército Serguei Surovikin, a quien ha calificado de "comandante inteligente, competente y experimentado".
Un contrato para "unificar criterios"
Este sábado el viceministro ruso de Defensa, Nikolái Pankov, dijo que los destacamentos de voluntarios, cifrados actualmente en unos 40, tienen que firmar antes del 1 de julio un contrato con el Ministerio de Defensa con el fin de otorgarles "el estatus legal necesario y crear enfoques unificados en la organización de sus tareas" en Ucrania. Según Pankov, los contratos de subordinación a Defensa "aumentarán la capacidad de combate y la eficacia de las fuerzas armadas y los destacamentos de voluntarios". El Kremlin suele referirse Wagner como "destacamento de voluntarios" para evitar otorgar un estatus legal a la formación paramilitar.
Se trata de una medida que se ha interpretado como una forma de ejercer cierto control y atar en corto Wagner, el grupo de mercenarios al servicio de Rusia mayoritario, con un líder que ha sido muy crítico en numerosas ocasiones con la gestión del ministro de Defensa ruso, a quién ha reprochasdo la falta de suministro de armas y munición y las muertes de muchos de sus mercenarios en consecuencia.