El Qatargate ha encendido al grupo socialista europeo. La supuesta trama que ha implicado a la hasta ahora vicepresidenta del Europarlamento, la griega Eva Kaili, y también a políticos y asesores italianos, ha provocado la indignación de eurodiputados franceses y alemanes, que piden explicaciones a la presidenta del grupo, la española Iratxe García Pérez. Medios franceses como Le Point y L'Humanité han empezado a denunciar esta situación, que atribuyen a una negativa de aplicar reformas internas. Según Le Point, en el eurogrupo socialista hay tal nivel de cabreo que Iratxe García Pérez "está totalmente sobrepasada" por la situación, y "no controla nada".
Un miembro de la delegación francesa afirma que la actitud de los socialistas españoles es de un total enroque a la hora de realizar cambios, y lo atribuye al miedo a que los impliquen en el escándalo de corrupción que se ha producido. "Los socialistas españoles da la impresión que no quieren moverse porque sería reconocer que los han manipulado", añade este representante francés. Los socialistas franceses notaron, sin entenderlo, que las resoluciones de urgencia presentadas por el grupo iban muy a menudo contra los Emiratos Árabes Unidos, enemigos acérrimos de Qatar en la península Arábiga, lo que se habría hecho con el acuerdo o pasividad de la dirigente del PSOE. Los socialistas franceses y alemanes han empezado a recibir el apoyo en estas críticas de los socialdemócratas holandeses, flamencos, rumanos, suecos, y daneses, y también piden responsabilidades a la dirigente del PSOE.
Según Le Point, la situación está tan enrarecida que en varias reuniones internas de estos días Iratxe García Pérez ha acabado llorando y ha tenido que salir de la sala para secarse las lágrimas.
Con su carácter impulsivo, la actual presidenta del eurogrupo socialista fue una de las que se opuso más al reconocimiento del president en el exilio, Carles Puigdemont, como eurodiputado, y amenazó al entonces presidente del Parlamento Europeo, el desaparecido David Sassoli, con la expresión "no le puedes hacer eso a España", mientras lanzaba al suelo los papeles que llevaba. Más tarde, fue una de las grandes avaladoras del suplicatorio contra Puigdemont.
El eurodiputado francés Raphaël Glucksmann es a quien lleva la voz cantante contra la manera como se ha actuado en el eurogrupo socialista, según L'Humanité. Y se exclama por las enmiendas que debilitaban la resolución sobre los derechos de los trabajadores en Qatar en el contexto del Mundial. Al entender de los críticos, todo eso indica que en el eurogrupo socialista influyen potencias extranjeras, a través de personas colocadas en cargos clave.
Mientras tanto, el Parlamento Europeo hoy ha pedido paralizar todos los expedientes legislativos relacionados con Qatar a raíz de los supuestos sobornos de este país al grupo socialista. En una resolución aprobada por 541 votos a favor, dos en contra y tres abstenciones, los eurodiputados han aprobado un texto que apuesta por suspender el proceso parlamentario de las iniciativas para liberalizar los visados con Qatar y el acuerdo de aviación con el país. También reclaman suspender las visitas al país "hasta que se aclare la situación" y que los representantes cataríes no puedan acceder a la institución. La resolución también pide prohibir las donaciones de países terceros a eurodiputados y partidos políticos, y que los miembros de la cámara tengan que hacer una declaración de bienes al inicio y final del mandato.
Y la fiscalia europea ha pedido levantar la inmunidad a Kaili, y ha argumentado que hace este paso después de recibir un informe de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) sobre sospechas de fraude en "la gestión de la asignación parlamentaria".