Los siete estados clave que apenas representan la sexta parte de la población de Estados Unidos se han convertido en los objetos codiciados de los candidatos a la Casa Blanca, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, que saben que cada voto cuenta cuando las encuestas los mantienen técnicamente empatados: el promedio nacional da en estos momentos un 49,6% a favor de Harris y un 46,2% a favor de Trump. El tablero casi que no se ha movido desde el debate presidencial, pero la crisis en Oriente Medio puede removerlo en las semanas que quedan. La crisis en el Líbano será clave y, al parecer, podría estar, en este momento, ayudando a Trump en su carrera hacia la presidencia. Así se percibe en algunos estados, donde la balanza se va decantando a favor de Trump, mientras Harris retrocede. Conscientes de ello, los últimos acontecimientos han obligado a la administración Biden a modular su posición respecto a Israel: los portavoces de la Casa Blanca, aunque siguen apostando por la paz, muestran un apoyo sin fisuras a Israel y condenan sin tapujos a Irán. El escenario en Oriente Medio se presenta crudo y los demócratas no se pueden presentar como unos blandos ante el desafío islamista.
En este contexto, las campañas presidenciales están agotando todos sus recursos para arrebatarle a su oponente votos en Arizona, Nevada, Míchigan, Carolina del Norte, Pensilvania, Wisconsin y Georgia, estados que suman 53 millones de personas en un país con una población total de 354 millones.
Empatados casi en todos los estados
Según la media de las encuestas que monitorean la web 270towin.com o The New York Times, Harris y Trump prácticamente empatan en todos los siete estados, donde la ventaja de la demócrata se ha diluido ligeramente respecto a septiembre. Según los últimos cálculos, Donald Trump supera Kamala Harris en tres estados: Carolina del Norte (49,2% frente al 48,4%), Georgia (49,4% frente al 48,4%) y Arizona (48,8% frente al 47,9%). La líder demócrata va en cabeza en cuatro: Pensilvania (48,4% frente al 47,9%), Nevada (49,6% frente al 47,4%), Michigan (48,4% frente al 47,4%) y Wisconsin (49,3% frente al 48%).
Donde se observa más movimiento en las encuestas en la última semana de septiembre es en los estados de Pensilvania -uno con una mayor comunidad judía- y Arizona. En ambos estados los promedios se han desplazado a favor de Donald Trump, que se beneficia de la ligera caída de Harris.
La lucha en Pensilvania
En días pasados, el expresidente Trump advirtió que los votantes judíos estadounidenses en estados clave como Pensilvania podrían ser en parte culpables si pierde las próximas elecciones del 5 de noviembre ante la vicepresidenta Harris. En su intervención en la Cumbre Nacional del Consejo Israelí-estadounidense en Washington, Trump expresó su preocupación por su posición entre los votantes judíos y el posible impacto en las relaciones entre Estados Unidos e Israel.
“Si no gano estas elecciones – y el pueblo judío realmente tendría mucho que ver con eso si eso sucede porque si el 40%, es decir, el 60% de la gente vota por el enemigo – Israel, en mi opinión, dejará de existir dentro de dos años”, dijo, haciendo referencia a una encuesta que mostraba que Harris obtiene un 60% de votos entre los votantes judíos.
Pensilvania, un estado crucial en el campo de batalla, podría ser fundamental para determinar el resultado de las elecciones. Pensilvania, hogar de más de 400.000 residentes judíos, jugó un papel decisivo en la victoria del presidente Joe Biden en 2020, y Biden ganó el estado por un margen de 81.000 votos. La campaña de Trump ha convertido en una prioridad ganarse a los votantes judíos en Pensilvania y otros estados clave.