El presidente francés, Emmanuel Macron, ha conseguido dialogar durante una hora y media con el presidente ruso, Vladímir Putin, a través de una llamada que se ha alargado casi una hora y media. El encuentro ha sido una petición del líder ucraniano, Volodímir Zelenski, para tratar de detener los bombardeos contra los civiles en las ciudades como Kharkiv, que ha sufrido una brutal lluvia de misiles. Macron ha conseguido arrancar a Putin tres promesas: que se deje de atacar en los civiles y sus residencias, que se preserven las infraestructuras y que se garantice rutas seguras. Macron ha insistido a poner fin al conflicto armado, pero Putin ha estado contundente en su respuesta: "Un arreglo en torno a Ucrania solo es posible con la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, el estatus neutral y el reconocimiento de Crimea".
El presidente de la república francesa ha pedido el respeto del derecho internacional humanitario sobre las poblaciones civiles y la entrega de ayuda humanitaria apelante al Consejo de las Naciones Unidas. El líder del Kremlin ha aceptado las demandas y ha dado su compromiso para cesar el atentado contra la población civil. Este acuerdo llega el día en que el Ministerio de Sanidad de Ucrania ha actualizado el balance de víctimas civiles como consecuencia de la invasión rusa y, aunque mantiene en 352 la cifra provisional de muertos, ha situado a los heridos por encima de los 2.000.
Sin embargo, las negociaciones de paz entre las delegaciones de Rusia y Ucrania que han arrancado esta mañana no han servido, de momento, para detener las hostilidades y los ataques que está haciendo el ejército ruso en territorio ucraniano desde hace cinco días. Esta mañana se han reportado incidentes en varios puntos del país, pero sobre todo se ha informado y se ha confirmado en vídeos publicados en varios portales informativos, que el ejército de Rusia ha bombardeado edificios civiles en la ciudad de Járkov (Kharkiv) y hay varios muertos y heridos. Esta ciudad atacada esta mañana con misiles Grad es la segunda del país y está situada en la frontera con Rusia, y es uno de los objetivos de Putin para poder enviar un mensaje positivo del avance de la guerra, puertas adentro y también en el ámbito internacional. Járkov y Mariupol son dos de los objetivos, el primero por la importancia estratégica del emplazamiento y el segundo por la posibilidad de unir por el suelo las dos partes que ya controla el Kremlin: Crimea y el Donbass.
El ataque contra civiles en Járkov
El bombardeo de esta mañana, según medios ucranianos, ha estado contra edificaciones civiles y hay varias personas muertas. Sin un número final y oficial de muertos, que podría superar las decenas, y tampoco sin datos exactos de los civiles heridos durante la ofensiva con misiles rusos, las autoridades de Ucrania aseguran que el ataque desde territorio ocupado contra la capital de este Óblast es un crimen de guerra, para estar atacando residencias de civiles. El ataque contra edificios no militares era una de las líneas rojas que, desde Moscú, se había asegurado no traspasar en la explicación de su operación militar de invasión en Ucrania. El ataque de hoy contra edificios de Járkov demuestra que Putin no está cumpliendo ni sus propias reglas en los ataques.
Anton Geraschenko, alto cargo del Ministerio del Interior de Ucrania, ha lamentado el ataque contra civiles en esta ciudad junto a la frontera con Rusia y ha pedido que las imágenes del bombardeo "sean vistas por todo el mundo" para demostrar "el horror" y "los crímenes de guerra" del Kremlin.