En Guinea Ecuatorial se celebran elecciones legislativas, senatoriales y municipales este domingo. Pero nadie espera que nada cambie. En realidad, el dictador, Teodoro Obiang Nguema lleva 38 años en el poder y tiene una política claramente autoritaria. Aunque hay partidos de oposición legalizados, las elecciones no son ni libres ni transparentes. En las últimas legislaturas, la oposición sólo ha conseguido ocupar uno o dos escaños, de los cien que tiene el parlamento. En las elecciones presidenciales de 2016, Obiang se atribuyó el 98% de los votos.
Irregularidades en abundancia
No todos los partidos han podido participar en las elecciones. Además, hay muchos políticos en el exilio, que no han podido incorporarse a las candidaturas. En cualquier caso, la oposición cree que no puede salir nada bueno de estas elecciones, porque ha habido muchas irregularidades. El censo ha sido trucado y no han parado las presiones sobre los votantes. En Guinea Ecuatorial, no se respeta el secreto de voto: la gente es vigilada para que sólo coja la papeleta que quiere la dictadura, y hay represalias para los que se desmarcan, que pasan por el despido, la paliza o la expulsión de la vivienda. El gobierno no ha destinado dinero a la campaña de la oposición, en tanto que a los trabajadores se los obliga a contribuir, con parte de su nómina, al oficialista PDGE. La candidatura del gobierno ha recurrido a la compra de votos. Tan sólo se han legalizado tres candidaturas: la del oficialista Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), Juntos Podemos (una coalición entre dos partidos históricos de oposición, Convergencia Para la Democracia Social, CPDS, y la Unión de Centro Derecha, UCD) y Ciudadanos por la Innovación (una candidatura nueva, surgida de antiguos cuadros del PDGE, que ya ha tenido fuertes choques con el gobierno).
Las sorpresas del día
Según fuentes de la oposición, se ha impreso una sola papeleta por partido para las elecciones municipales, legislativas y senatoriales, de tal forma que los votantes no tienen posibilidad de escoger papeletas diferentes para las diferentes instituciones (en contra de lo que establece la ley electoral). Pero, en realidad, en algunos colegios en la apertura de los colegios ni siquiera había papeletas de la oposición. En uno de los distritos, Añisok, aparece como primer candidato de Juntos Podemos alguien que no ha designado la coalición. La Junta Electoral Nacional, controlada por el gobierno, ha anulado algunas candidaturas opositoras a nivel municipal sin justificarlo. En algunos colegios se han abierto las mesas antes de la hora oficial, con el fin de que no hubiera vigilancia de los interventores de la oposición, quienes temen que se hayan introducido papeletas del PDGE en su ausencia. Se ha detenido un interventor de la oposición y un líder del CPDS ha sido amenazado con una pistola por un militar cuando intentaba evitar el escrutinio público.
Oposición ilegal
Muchos de los grupos de oposición han estado prohibidos, por un motivo u otro. El Movimiento de Autodeterminación de la Isla de Bioko (MAIB), que aglutina el nacionalismo bubi, no fue legalizado porque la Constitución prohíbe los partidos étnicos y regionales. El Partido del Progreso, una de las principales fuerzas de oposición, fue ilegalizada por la participación de su líder, Severo Moto, en un intento de golpe de Estado. La Fuerza Demócrata Republicana (FDR), un partido dirigido por ciudadanos fang del distrito de Mongomo (el del presidente) nunca fue legalizada; el gobierno guineano se opuso diciendo que "Mongomo es del PDGE" (el partido oficialista). Las autoridades han trabajado también para perjudicar otros partidos de oposición: a Unión Popular y a otros partidos, han fomentado escisiones y han apartado de la dirección del partido a los líderes críticos.
El multinguemismo
La clave de todas estas maniobras es que desde que se permitió el multipartidismo, en 1992, Obiang se ha esforzado en crear una telaraña de partidos que en realidad están al servicio del oficialista PDGE. En realidad, en muchas elecciones estos partidos participan con coalición con el PDGE y dan apoyo a Obiang en las presidenciales. A estas elecciones el PDGE va coaligado con 14 partidos, muchos de los cuales tienen sólo una existencia nominal: la Convención Liberal Democrática (CLD), el Partido Socialista de Guinea Ecuatorial (PSGE), la Alianza Democrática Progresista (ADP), el Partido de la Coalición Socialdemócrata (PCSD), la Unión Democrática Social (UDS), la Unión Popular (UP), el Partido Liberal (PL), el Partido Social Demócrata (PSD), la Unión Democrática Nacional (UDENA), la Unión Nacional por la Democracia de Guinea Ecuatorial (UNDGE), el Congreso Nacional de Guinea Ecuatorial (CNGE), el Partido Nacional Democrático (PND), la Convergencia Social Democrática y Popular (CSDP) y la Acción Popular de Guinea Ecuatorial (APGE).
Papel triste de España
El Parlamento español aprobó hace unos días una enmienda sobre las elecciones guineanas, presentada por el PSOE y reformulada con el acuerdo del PP y otros partidos políticos. Esta moción se defendió en base "al máximo respeto por un país soberano" y ni mencionaba en ningún punto que Guinea Ecuatorial es una dictadura consolidada, con un dictador que lleva casi 40 años en el poder. En la defiende de la moción Antonio Hernando alegaba que "un proceso electoral siempre es una oportunidad" y afirmaba que "esperaba" que el de Guinea tuviera "unas mínimas garantías". La moción defendía que el gobierno español estrechara sus relaciones con Guinea y que colaborara con las autoridades guineanas "poniendo su experiencia electoral" a disposición de Guinea (presuponiendo que el problema de Guinea es de conocimiento de mecanismos electorales y no de falta de voluntad democrática). Hay que destacar que España siempre ha jugado un papel muy tibio con la dictadura guineana, y que algunos líderes socialistas, como Miguel Ángel Moratinos o José Bono, han actuado abiertamente en favor de Teodoro Obiang Nguema.