Doce días han acabado con 54 años de tiranía y dictadura en Siria, un país que durante este medio siglo ha estado en manos de una familia, los Al-Asad, que convirtió en una dinastía que tomó el poder y el control del gobierno de manera implacable y que lo ha gobernado con mano de hierro. Su ascenso al poder y posterior caída están estrechamente ligados a la turbulenta historia moderna de Siria. De Hafez a Bashar, esta es la historia de la familia Al-Asad y de su represión.
Hafez al-Asad, el patriarca de la familia, llegó al poder en noviembre de 1970 a través de un golpe de Estado incruento, que él denominó Movimiento Corrector, que derrocó el gobierno del presidente Nur ad-Din al-Atassi. Como militar de carrera y miembro del partido Baaz, Hafez aprovechó la inestabilidad política de la época para consolidar su posición y el control sobre el país, estableciendo un sistema político caracterizado por la represión y la centralización del poder en manos del partido Baaz y sus aliados. Hafez asumió la secretaría General del Partido Baaz y creó un Consejo Revolucionario para controlar el país. Se rodeó de miembros de la familia en los principales puestos de poder. Durante casi 30 años, instauró un régimen autoritario marcado por una economía centralizada al estilo soviético, la represión de la disidencia y la promoción de la minoría alauí, a la cual pertenecía la familia Al-Asad, en puestos clave del régimen.
Guerra con Israel
Bajo su liderazgo, Siria participó en la guerra del Yom Kippur junto con Egipto, en octubre de 1973, invadiendo Israel en el día más sagrado del calendario judío, con el objetivo de recuperar los Altos del Golán. Las fuerzas sirias consiguieron ganar terreno, pero al cabo de tres días, Israel volvió a empujar a la mayoría de los sirios hacia la Línea Morada, la línea de alto el fuego de la guerra de los Seis Días. El conflicto acabó con una victoria militar del Estado hebreo con un alto coste para las dos partes. Israel sufrió 772 muertos y 2.483 heridos en solo 18 días de lucha, mientras que algunas fuentes cifran las bajas sirias en unas tres mil. Este era el tercer conflicto bélico que los dos países mantenían desde que se creó el Estado de Israel en 1948.
La Masacre de Hama
En 1976, Hafez envió tropas al Líbano con el apoyo de la Liga Árabe y los Estados Unidos para intentar pacificar el país. Pero fue en 1982, cuando el régimen de Hafez vivió uno de los momentos más terribles, la Masacre de Hama, cuando aplastó brutalmente una revuelta suní liderada por los Hermanos Musulmanes en esta ciudad contra su régimen. Aproximadamente 12.000 soldados de élite, mayoritariamente alauíes, asediaron la ciudad con el apoyo de 500 tanques, helicópteros y artillería. Las fuerzas gubernamentales destruyeron sistemáticamente Hama, derribando edificios con habitantes dentro y saqueando e incendiando tiendas y casas. La operación estuvo dirigida personalmente por Rifaat al-Asad, hermano menor del presidente. Se estima que la masacre se saldó con miles de muertos, entre 5.000 y 40.000, según las fuentes, mientras que unas 70.000 personas perdieron sus casas. La masacre destruyó 88 mezquitas, 5 iglesias, 21 mercados y 13 barrios residenciales.
El poder, en la familia
La concentración de poder en la familia Al-Asad tenía varios tentáculos. Maher, hermano menor de Hafez, era director de la Guardia Presidencial de élite; Bushra, hija de Hafez, fue una voz influyente en el círculo íntimo del régimen. Su marido, Assef Shawkat, ocupó el cargo de viceministro de defensa hasta su muerte en el 2012; Rami Makhlouf, primo de Bashar, dirigió un imperio financiero, Asma al-Asad, esposa de Bashar, asumió funciones clave en el gobierno, defendiendo los derechos de la mujer y la educación, y Rifaat al-Asad, hermano de Hafez, trató de tomar el poder con otro golpe de Estado aprovechando que su hermano había sufrido un ataque cardiaco, y acabó en el exilio.
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— Ironía 😎✍️📕📷🎤 (@s_maia10) December 1, 2024
Asma Al-Asad, esposa del presidente de Siria, cada año, celebra junto a su familia y el pueblo la Pascua.
La Muerte y la Resurrección de Jesucristo.
Algunos desconocen dónde está Siria y todo lo que ha sucedido. Lo que sí está claro es como han protegido a los… pic.twitter.com/DIk4YHNKdF
Cambio de heredero forzado
El dictador designó como su heredero a su hijo mayor, Bassel, padre de cinco hijos, que murió en un accidente automovilístico en enero de 1994 cuando se dirigía al aeropuerto de Damasco. La muerte de Bassel causó un impacto crucial en la ascensión de Bashar, que en aquel momento se encontraba en Londres estudiando oftalmología desde 1992. Bashar fue llamado de vuelta en Siria para asumir el papel de heredero natural del régimen de su padre, para lo que se tuvo que preparar durante los siguientes seis años. Bashar recibió entrenamiento militar en la Academia Militar de Homs y fue ascendido rápidamente hasta el rango de coronel, en 1999, para establecer sus credenciales como futuro gobernante. También se le otorgaron responsabilidades políticas, convirtiéndolo en asesor del presidente y jefe de la oficina de quejas del ciudadano.
En 1999, Hafez había sido reelegido como candidato único, con el 99,9% de los votos, y empezó a preparar el terreno para la sucesión de Bashar. Hafez murió el año 2000, a los 69 años, y la Asamblea Popular enmendó la Constitución para permitir que Bashar, que en aquel momento tenía 34 años, pudiera asumir la presidencia, dado que según la ley, la edad mínima para asumir el cargo eran 40 años.
La transformación de Bashar y la guerra civil
Bashar accedió a la presidencia en junio del 2000 y si bien inicialmente fue visto cómo un posible reformador, intentando implementar reformas económicas y políticas, promoviendo una imagen de apertura, acabó sucumbiendo en la resistencia de los sectores conservadores del régimen y pronto se mostró como un dirigente de control autoritario. El malestar en el país fue creciendo hasta que en el 2011, las protestas pacíficas en el contexto de la Primavera Árabe se convirtieron en una guerra civil después de la violenta represión del régimen, una represión brutal que Bashar al-Asad ordenó, con una respuesta militar que incluyó el uso de armas químicas y ataques aéreos contra civiles, con el resultado de medio millón de muertos, aproximadamente 5,7 millones de refugiados y 6,7 millones de desplazados internos.
Vaya surrealismo el de esta fotografía de la familia del dictador de Siria, Bashar al-Assad, en un país destruido por la guerra. pic.twitter.com/Ot72cDsGtk
— Brenda Estefan (@B_Estefan) July 21, 2022
Durante su mandato, Bashar fue reelegido en varias ocasiones con un gran apoyo en unas elecciones criticadas por fraudulentas y no democráticas. Bashar contó con el apoyo de Rusia, que intervino militarmente en el 2015 para apoyar el régimen, y eso le permitió recuperar el control sobre gran parte del país y mantenerse en el poder, hasta hoy, 8 de diciembre del 2024, cuando Siria ha cerrado una etapa de 54 años marcada por la tiranía y el terror. Bashar, que se casó en diciembre del 2000 con Asma, de origen británico, que ha sido una figura pública prominente, tiene tres hijos, Hafez al-Asad (hijo mayor), Zein al-Asad y Karim al-Asad. Mientras la coalición rebelde tomaba la capital, el dictador ha huido de madrugada de Damasco con su familia, siguiendo el consejo de Egipto y Jordania de buscar refugio, y según algunas informaciones, después de negociar con los rebeldes una transición pacífica. La situación actual es confusa, con rumores de un posible exilio que podría tener como destino Teherán o Moscú, al cobijo de los que han sido sus aliados.