Hamás ha elegido Yahya Sinwar, jefe del grupo islamista dentro de la Franja de Gaza, como el nuevo máximo líder político, en sustitución de Ismail Haniyeh, que fue asesinado la semana pasada en Teherán en un ataque atribuido a Israel. Sinwar representa la línea más dura y beligerante del grupo, es considerado el cerebro de los ataques del 7 de octubre y el hombre más buscado por Israel desde entonces. Sinwar se encuentra en paradero desconocido desde el pasado octubre, e Israel le puso precio a su cabeza en diciembre, garantizando una recompensa de hasta 400.000 dólares para aquellos que proporcionaran información que permitiera localizarlo. Las últimas imágenes publicadas sobre el líder de Hamás en Gaza fueron difundidas por el ejército israelí en febrero en un vídeo grabado el 10 de octubre, donde supuestamente aparecía Sinwar escondiéndose en uno de los túneles subterráneos del enclave palestino junto con su familia.

¿Quién es Yahya Sinwar?

Sinwar, de 61 años, ya sucedió a Haniyeh como líder de Hamás dentro de la Franja de Gaza en el 2017, cuando este abandonó el territorio, y revalidó el cargo en el 2021 para otros cuatro años en unas elecciones secretas. A diferencia de su predecesor, considerado un líder diplomático, Sinwar ha sido un dirigente mucho más duro, que ha rechazado compartir la gobernanza del enclave con la Autoridad Palestina y cualquier forma de reconciliación con Israel.

El nuevo líder de Hamás nació y creció en el campo de refugiados de Khan Yunis, se licenció en Estudios Árabes y con 20 años decidió dedicarse a la causa palestina. Fue detenido en varias ocasiones por actividades insurgentes, y fundó, junto con Rawhi Mushtaha —miembro del politburó de Hamás asesinado la semana pasada— al-Majd, una red de seguridad que tenía como objetivo encontrar espías y cooperantes con Israel en el movimiento y que más tarde evolucionaría en la policía del grupo, integrada en las Brigadas al Qassam. La captura y asesinato de presuntos colaboradores le mereció el apodo de "el carnicero de Khan Younis",

En 1988 fue juzgado y condenado a cuatro cadenas perpetuas por el secuestro y asesinato de dos soldados israelíes y cuatro palestinos. Cumplió 22 años de cárcel en Israel, período durante el cual continuó en activo en colaboración con Hamás, y finalmente fue liberado en 2011 en un intercambio de presos, junto a un millar de palestinos más.