La forma más clara de comprobar las diferencias de voto en los Estados Unidos por perfil demográfico es coger un coche y recorrer 10 minutos desde una gran ciudad a un municipio rural del entorno, del votante urbanita al 'redneck'. Pero teniendo en cuenta que solo el 16,7% de los norteamericanos viven en zonas rurales, está claro que este contraste no es suficiente para ganar las elecciones. Donald Trump ha tenido más capacidad de penetrar en las ciudades que Kamala Harris en los pueblos y se ha ganado al hombre latino mientras prometía deportaciones masivas. Además, se ha impuesto en las áreas suburbanas que Biden ganó en el 2020 y donde residen más de la mitad de los estadounidenses.
Durante una campaña muy basada en la identidad a la hora de cautivar a los votantes, las encuestas mostraron que Harris ganaba entre las mujeres blancas y durante la recta final celebraban haber centrado esfuerzos en convencerlas. Pero Trump ha conseguido que las mujeres blancas lo voten más a él que a su rival, con un 52% por un 47% de votantes de Harris, según la encuesta a pie de urna de la CNN. Cierto es que a las últimas elecciones las mujeres blancas todavía optaron más por Trump, con 11 puntos por encima de las que preferían Harris.
Restando el componente racial, Harris ha conseguido ganar entre las mujeres con un 54% de los votos en parte gracias a la victoria abrumadora entre las mujeres negras (93%). Ahora bien, esta ventaja, el de las mujeres en general, está 10 puntos por encima del 44% de Trump, 5 puntos menos que lo que consiguió Biden en 2020, mientras que entre los hombres el republicano ha conseguido ampliar su victoria con 2 puntos más de ventaja al pasar del 52 al 54% de preferencia masculina.
El cambio radical de los hombres latinos
El hombre de origen latino ha propiciado en parte este salto. La polémica con el cómico Tony Hinchcliffe diciendo que Puerto Rico era una "isla de basura" abrió entre los demócratas una rendija de esperanza para vencer entre esta comunidad.
Pero los valores conservadores de los hombres latinos, la afectación sobre su bolsillo de una inflación de la cual Trump ha culpado en Harris y el carisma de Trump han podido más que este comentario: un 54% de los hombres latinos han votado Trump, por el 44% en Harris. Eso supone un cambio brutal en comparación con los 23 puntos de ventaja que Biden sacó entre los hombres latinos el año 2020. También votaron por Hillary Clinton el año 2018, con 31 puntos más que a Trump.
Samuel Negrón, de origen puertorriqueño y miembro de Latinos for Trump en el municipio de Pensilvània d'Allentown, reconocía en ElNacional.cat que a él también le había molestado el comentario sobre su país, pero entendía que no lo había hecho Trump y esperaba que así lo pensaran también el resto de votantes.
"He sido demócrata 40 años de mi vida y ellos no han hecho nada por nosotros", decía Negrón, en contraste con otros hombres latinos entrevistados (menos) que aseguraban que los demócratas les habían favorecido más. Son muchos los latinos entrevistados que, incluso en algunos casos sin papeles, están de acuerdo con la política en las fronteras de Trump, que promete deportaciones masivas, asocia inmigración a delincuencia y ha llegado a plantear la opción de crear el delito de inmigración. Una vez establecidos aquí, también se sienten amenazados por los recién llegados.
Dios, la inflación y las políticas favorables al colectivo LGTBIQ+ de Harris les hacen decantarse por Trump con un voto muy importante en Arizona y Pensilvania y también significativo en otros estados clave, que Trump ha conseguido tomar completamente.
Harris consigue imponerse en más encrucijadas de género y raza que Trump: hombres negros (77%), mujeres negras (91%), mujeres latinas (60%) y resto de perfiles raciales (48%), pero la mayoría blanca que todavía predomina al país (un 60% de los norteamericanos se perciben solo como blancos) y la incidencia del republicano de manera minoritaria en otros grupos le ha dado la victoria desde el punto de vista racial.
Los suburbios con Trump
Harris se ha hecho fuerte entre personas con estudios universitarios (55%), pero Trump ha ganado por un punto más (56%) entre personas sin estudios por todo el país. Y, aunque Harris se impone con escasos márgenes entre todas las franjas de edad por debajo de los 39 (54% entre 18 y 24, 53% entre 25 y 29 y 50% entre 30 y 39), Trump ha cautivado a los que votaban por primera vez. Un 56% de los que votaban por primera vez (que también pueden ser inmigrantes que acceden a la ciudadanía) han votado a Trump.
La victoria de Trump es abrumadora por 64% a 34% en las áreas rurales y también gana en las zonas suburbanas con un 51% por el 47% de Harris, una zona que fue de Biden en 2020 por 2 puntos de ventaja. A las áreas urbanas Harris sí que vence con comodidad, un 59% por el 38% de Harris.
Este contraste se entiende muy bien si ampliamos los mapas de los estados clave, en los cuales ha ganado Trump aunque las grandes ciudades han sido mayoritariamente demócratas. Harris ha ganado a Milwaukee, la principal ciudad de Wisconsin, pero ha perdido el estado, ha ganado en Detroit, pero ha perdido Michigan, se ha impuesto a Atlanta, pero no a Georgia, en Charlotte y Raleigh, insuficiente para Carolina del Norte, y también ha ganado Philadelphia, pero no Pensilvania.
Una de las grandes armas de Harris durante la campaña ha sido defender el derecho al aborto ante un Tribunal Supremo que derogó la sentencia que lo protegía en el ámbito federal, de forma que la competencia recae sobre los estados.
Pues bien, la campaña solo le ha funcionado verdaderamente entre las personas que creen que el aborto tiene que ser legal en todos los casos. Aquí sí, un 87% de las personas que piensan así han votado a Harris. Pero cuando entramos en asteriscos, la cosa cambia. Entre las personas que creen que el aborto tiene que ser legal en la mayoría de los casos, hay empate técnico a 49%. Entre los que creen que tiene que ser ilegal en la mayoría de los casos, Trump consigue imponerse en un 92%, aunque hay estados donde se podría prohibir de manera total.
Y la victoria es de nuevo abrumadora, y aquí sí como era de prever, entre los que piensan que tiene que ser ilegal siempre: un 88% de los que así lo piensan han escogido al republicano.
La importancia de la economía
Capítulo aparte merece la economía en el análisis demográfico de las elecciones. No solo con respecto al poder adquisitivo de los votantes, sino también con relación a la evolución financiera que han vivido yen como perciben la economía del país.
Trump se impone entre las clases trabajadoras y medias, con un 50% entre los que cobran menos de 50.000 dólares anuales por un 47% de Harris y un 51% contra un 46% de Harris entre los que ganan de 50.000 a 99.000 dólares. Harris solo se impone entre los que ganan más de 100.000 dólares, con un 51% por un 46% de Trump.
El 82% de los ciudadanos que consideran que su situación financiera está mejor que hace 4 años han votado a Harris y también el 69% de los que creen que está más o menos igual. Pero los que han salido perdiendo estos 4 años, es decir los que creen que están peor, han votado masivamente por Trump, un 81%.
Los que entienden que la situación económica de los Estados Unidos es excelente o buena han votado en un 89% y un 91%, respectivamente, a Kamala Harris. Los que defienden que la situación de la economía es pobre se han volcado en Trump para solucionarlo: un 87% los han votado. Ahora bien, entre los que dicen que la situación no es muy buena, aunque se impone Trump, lo hace con menos ventaja, pues un 44% de los que lo ven así han votado Harris. Eso da muestra de que la preocupación por la economía de los Estados Unidos va más allá de los votantes trumpistas.