La guerra del Donbass entra en una nueva fase de escalada bélica. El conflicto que lleva en activo desde abril de 2014 enfrenta a los rebeldes prorrusos de Donetsk y Luhanks y las tropas gubernamentales de Ucrania. Esta vez, sin embargo, los actores beligerantes no se limitan básicamente entre el gobierno del Kremlin -principal aliado de los milicianos prorrusos- y el gobierno Kiev que preside Volodímir Zelenski. Ahora entra en juego, de forma más activa y participativa, la OTAN.

¿La causa? La muerte de varios soldados ucranianos en manos de los rebeldes y el despliegue en la frontera este de Ucrania de más de 20.000 tropas rusas, muchas más de las habituales. Esta situación de mayor tensión entre ambos estados ha provocado un efecto dominó que, si la tensión sigue en aumento y el gigante ruso sigue amenazando la soberanía de Uranina, puede hacer caer a los brazos de la OTAN la exrepública soviética y, por lo tanto, puede suponer la entrada de un nuevo miembro de extrema importancia estratégica dentro de la alianza defensiva occidental.

Precisamente ante este contexto se puede generar una situación todavía más peligrosa por los intereses de la pacificación de la región. Rusia, el principal estado que había articulado la Unión Soviética hasta 1991, se aseguró una buffer zone con la creación de nuevos estados como Ucrania y Bielorrusia después de la caída del gigante comunista. Es decir, se aseguró un cojín defensivo que separa el bloque Occidental y su territorio soberano. En buena parte, esta política es resultado de la traumática experiencia sufrida el verano de 1941 con la invasión sorprendida del Tercer Reich y que inició la Gran Guerra Patriótica (1941-1945).

Mapa russia

Fuente: Geopolitical Futures

Focalizándonos de nuevo a los acontecimientos más recientes, en el 2014 el gobierno prorruso de Víktor Yanukóvich se cayó en favor de un nuevo gobierno de carácter europeísta después de una dura revuelta europeísta conocida como el Euromaidan. Este giro de Ucrania hacia la Unión Europea en detrimento de Rusia como principal aliado fue visto como una seria amenaza por Putin, quien ante la secuencia de acontecimientos decidió anexionarse Crimea aprovechando la pasividad de las potencias occidentales.

Si lo Euromaidan había provocado el acercamiento de Ucrania en Europa, las regiones orientales de este Estado, que están pobladas mayoritariamente por rusoparlants, decidieron declarar su independencia. Como resultado, se formaron las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Luhanks, los cuales recibieron apoyo logístico y militar de su vecino ruso. Desde el inicio de esta revuelta los combates se han ido sucediendo esporádicamente aunque ha habido treguas que, desgraciadamente, no se han respetado del todo por las dos partes y han causado más de 14.000 muertes.

¿Qué hay detrás de estos nuevos movimientos?

¿Y quién sale ganando? Rusia tiene elecciones en la Duma (Parlamento) a finales de año. En los últimos meses, la popularidad de Putin ha bajado fuerza, hecho que lo obliga a buscar alicientes como la guerra o los conflictos internacionales para movilizar a su electorado. Además, gracias a la excusa del enemigo exterior, Putin puede reprimir más fácilmente la disidencia interna y justificar los graves problemas socioeconómicos que sufre su Estado.

Al mismo tiempo, conflictos como estos demuestran en el mundo la ineficacia europea de actuar en solitario y evidencian su frágil debilidad, tan internacionalmente como dentro de sus mismas fronteras. Por el contrario, la llegada de Joe Biden en la Casa Blanca supone el retorno a la política internacional de los EE.UU. y el refuerzo de la OTAN para hacer frente posibles agresiones.

Quizás, esta puesta en escena del ejército ruso en el este de Ucrania simplemente es un juego de Putin para medir la respuesta de los EE.UU. y la OTAN y como pueden encarar, ante situaciones de tensiones máximas, la respuesta a sus provocaciones. Sólo el tiempo dirá si esta será la causa de una futura gran guerra en la Europa Oriental o bien si quedará como un mero acto de distracción y juego geopolítico, como habitualmente pasa.

 

Imagen principal: Tanque al conflicto de Donbass. Foto: EFE