La insurgencia hutí de Yemen ha reivindicado este domingo un nuevo ataque contra el aeropuerto internacional de Ben Gurión, en Israel, así como una segunda ofensiva en menos de 48 horas contra el portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman, uno de los principales activos de la operación militar de Estados Unidos en la región. El portavoz militar hutí, Yahya Sarea, ha asegurado que el ataque contra Israel ha sido ejecutado con un misil hipersónico, mientras que la operación contra el barco de guerra ha incluido el uso de aviones no tripulados y misiles. Por ahora, ni el gobierno israelí ni el ejército de Estados Unidos han confirmado ninguno de estos ataques, aunque las autoridades israelíes sí han informado de la intercepción de un misil procedente de Yemen. Su activación ha hecho saltar las alarmas antiaéreas en varias zonas de Israel, forzando a millones de ciudadanos a buscar refugio.
🚨 Millions of Israelis were forced to run to shelter during their commute to work this morning due to a projectile launched from Yemen. pic.twitter.com/YSIE8mlEhz
— Israel Defense Forces (@IDF) March 23, 2025
"Después de las alertas activadas hace poco tiempo en varias zonas del país, la Fuerza Aérea ha interceptado un misil lanzado desde Yemen", ha informado el ejército israelí en una publicación en su cuenta en la red social X, donde ha aclarado que "el misil ha sido interceptado antes de que cruzara a territorio del país".
Esta nueva ofensiva se produce en un contexto de máxima tensión entre la milicia yemení y Estados Unidos, que reanudaron recientemente los bombardeos sobre posiciones de los hutíes. Precisamente, el pasado domingo, la insurgencia había anunciado otro ataque contra el portaaviones Harry S. Truman y sus barcos de apoyo en el norte del mar Rojo. En aquel momento, los hutíes aseguraron haber lanzado 18 misiles balísticos y de crucero, acompañados de un dron, en una acción de represalia por los ataques estadounidenses y británicos sobre sus posiciones en Yemen. Aquella operación de la coalición internacional provocó a al menos 31 muertos y más de 130 heridos, según fuentes del Ministerio de Salud hutí.
Según el portavoz militar de la milicia, los ataques estadounidenses consistieron en más de 47 bombardeos aéreos contra varias provincias del país, incluyendo la capital, Saná, así como Saada, Al Bayda, Hajjah, Dhamar, Marib y Al Jawf. Los hutíes han descrito estas ofensivas como "masacres" contra civiles y han asegurado que la mayoría de las víctimas eran mujeres y niños. En respuesta, la insurgencia ha justificado sus ataques contra EE.UU. como una medida de resistencia ante "la agresión" de Washington y ha reafirmado su determinación de continuar la lucha. "Este ataque de EE.UU. no hará sino aumentar la firmeza, la fe y la resistencia del querido Yemen", declaró Yahya Sarea en un discurso televisado.
El grupo rebelde, que cuenta con el apoyo de Irán, ha advertido de que sus combatientes "no dudarán en atacar a todos los barcos de guerra estadounidenses en el mar Rojo y en el mar Arábigo" si los bombardeos contra Yemen continúan. Asimismo, han reafirmado su compromiso de mantener el bloqueo naval a Israel, impidiendo la entrada de barcos israelíes o aliados en la zona de operaciones declarada por la milicia. Este bloqueo, según los hutíes, se mantendrá hasta que Israel levante el asedio sobre la Franja de Gaza y permita la entrada de ayuda humanitaria.
Las hostilidades entre los hutíes y la comunidad internacional han ido en aumento desde el inicio de la guerra en Gaza, el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, el grupo ha lanzado centenares de ataques contra Israel y contra la navegación comercial en el mar Rojo y el mar Arábigo. A pesar de las represalias militares de Estados Unidos y sus aliados, la insurgencia ha reiterado su voluntad de continuar con su campaña de presión regional, advirtiendo de que no se detendrá hasta que se consigan sus objetivos.