Después de meses de bloqueo, Turquía ha dado luz verde al ingreso de Suecia a la OTAN. En Hungría, sin embargo, la decisión no tiene prisa. Piano piano. La ratificación de la entrada de Suecia en la OTAN por parte del parlamento del país, que continúa pendiente, no tiene ninguna urgencia ni prisa, ha dicho el presidente de la Asamblea, László Kövér. "No me parece que haya ninguna urgencia, ni creo que haya ninguna situación excepcional", ha asegurado el presidente del parlamento, muy próximo al primer ministro, el ultranacionalista Viktor Orbán, en declaraciones al periódico digital Index.hu.
A pesar de las promesas de su gobierno, Hungría es el único país miembro de la OTAN que todavía no ha ratificado la adhesión de Suecia a la Alianza, después de que Turquía lo aprobara el martes. Orbán, cuyo partido cuenta con una mayoría de dos tercios en la Cámara, justifica el retraso, entre otros, con las críticas de políticos suecos respeto a la deriva autoritaria en Hungría.
La OTAN presiona, pero Hungría mira hacia otro lado
En los últimos meses, tanto Orbán como diversos de sus ministros, han indicado que "Hungría no será el último país a ratificar la entrada de Suecia (en la OTAN)". Después de la aprobación turca, Orbán ha invitado a su homólogo sueco a Budapest para "negociar" la entrada del país escandinavo a la OTAN, pero la iniciativa ha sido rechazada de manera rotunda por Suecia.
Por otra parte, el primer ministro ha asegurado al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que seguirá "instando" al parlamento húngaro a que vote a favor de la adhesión. Kövér ha añadido que "alguien tiene que ser el último" y ha denunciado que Suecia "ha tratado Hungría con arrogancia y negligencia", haciendo así resonancia a las quejas de diputados oficialistas sobre las críticas suecas.
En este sentido, Kövér ha cuestionado si los políticos suecos "son conscientes de que quiere decir una alianza" y dejó entender que no convocaría una sesión extraordinaria del parlamento para tratar el tema de la adhesión. Suecia y Finlandia han decidido renunciar a su histórica neutralidad y han solicitado entrar a la OTAN después de que Rusia atacara Ucrania en febrero del 2022.
Después de unos meses, tanto Turquía como Hungría dieron luz verde a la adhesión de Finlandia, pero la de Suecia quedó bloqueada hasta ahora. Orbán es el líder de la UE más próximo al presidente ruso, Vladímir Putin, y es el único miembro comunitario dentro de la OTAN que se opone completamente al envío de armas en Ucrania.
Turquía, una aprobación difícil
Concretamente, el parlamento turco ha aprobado este martes en votación general la entrada del país escandinavo en la Alianza Atlántica con 287 votos a favor, 55 en contra, 4 abstenciones y 600 parlamentarios ausentes. La situación estaba bloqueada porque los turcos consideraban que los suecos no hacían bastante contra los militantes kurdos. En octubre, el presidente Recep Tayyip Erdogan ya dio su luz verde al ingreso.
En el debate, el islamista AKP (el partido de Erdogan, que gobierna desde el 2002) y el socialdemócrata CHP (principal partido de la oposición) han mostrado su postura a favor de la adhesión. En cambio, formaciones menores como el islamista Saadet, TIP y Hüda-Par (socio del AKP) han manifestado su rechazo ya no solo en la entrada de Suecia a la OTAN, sino en la Alianza Atlántica en su conjunto. Eso es así hasta el punto que el parlamento se ha visto casi vacío con la ausencia de 600 diputados, además de la presencia de carteles contra la organización internacional.