Siguen siendo uno de los elementos más emblemáticos y más queridos de la vida londinense, con sus raíces en los carruajes de la época de los Tudor, pero un informe publicado por el Daily Mail advierte que los taxis negros de la capital del Reino Unido podrían extinguirse en el 2045 si no se toman medidas para resolver los problemas de la industria, donde el número de conductores sigue disminuyendo. El número de taxistas con licencia en Londres el mes pasado cayó hasta un nuevo mínimo de 16.816, casi 10.000 en una década, respecto de los 25.232 registrados en 2015.
El declive de los taxistas tradicionales
Los emblemáticos taxis de Londres, son símbolo de la capital británica y parte fundamental de su historia desde hace casi 450 años, cuando el año 1662 se expidieron las primeras licencias en carros de caballos, pero ahora podrían desaparecer por completo en menos de dos décadas, según este estudio. El informe sugiere que para 2045 estos vehículos podrían haber quedado relegados al pasado, a causa de los cambios en la movilidad urbana y el auge de servicios como Uber y Bolt. El declive de los "black cabs" vendría impulsado por diferentes factores, entre ellos el crecimiento de plataformas de transporte privado, pero también las crecientes regulaciones en torno a la transición ecológica.

Para conducir un taxi en Londres, los conductores tienen que aprobar el famoso examen conocido como The Knowledge, una rigurosa prueba que requiere memorizar más de 25.000 calles y miles de puntos de interés en la ciudad. Este proceso cuesta de media hasta cuatro años de preparación para superarlo. No obstante, con la llegada de los servicios de transporte basados en GPS y aplicaciones de navegación, cada vez menos personas están dispuestas a someterse a esta ardua capacitación. Como resultado, el número de nuevos taxistas se ha reducido significativamente, lo cual pone en riesgo la continuidad del servicio en el futuro. Según una encuesta del sector, mientras que el 52% de los conductores de alquiler privados se habían planteado convertirse en taxista, el 44% dijo que tardaría "demasiado tiempo" en convertirse en uno, mientras que el 29% ni lo consideraría porque el examen de conocimientos es "demasiado duro".

La competencia feroz de Uber
Desde su llegada al Reino Unido en el 2012, Uber ha transformado el sector del transporte londinense. La posibilidad de solicitar un viaje con tan solo unos clics en el teléfono móvil, tarifas competitivas y una mayor disponibilidad de conductores han disminuido la demanda de taxis tradicionales. Eso ha llevado al hecho de que muchos usuarios prefieran las aplicaciones en lugar de levantar la mano para parar un "cab" en pleno calle, un hecho que inevitablemente ha reducido la rentabilidad de los taxis negros. El número de licencias para conducir vehículos de alquiler privados se ha multiplicado en los últimos años, llegando a las 107.998, cuando en el 2015, eran solo 78.690. Mientras tanto, los taxis pierden 1.000 conductores el año, sea por la competencia o por las jubilaciones. En todo eso hay que sumar que Trasnsport for London subirá por término medio un 7,5% las tarifas de los taxis a partir de abril, pero no tiene ningún control sobre qué cobran las aplicaciones privadas de coches de alquiler. Se han realizado algunos esfuerzos para modernizar el sector del taxi en Londres, con aplicaciones móviles exclusivas para solicitar taxis negros y precios más competitivos. No obstante, estas iniciativas no han conseguido frenar la preferencia de los usuarios por Uber y otros servicios similares.
Restricciones medioambientales y el futuro eléctrico
El gobierno del Reino Unido ha propuesto medidas para que todos los nuevos taxis en Londres sean eléctricos a partir de 2032. No obstante, la transición a la movilidad eléctrica no ha sido sencilla. Invertir en un taxi eléctrico es costoso, y muchos taxistas veteranos no están dispuestos o no pueden costear el cambio. Según cifras oficiales del Transporte for London (TfL), aunque actualmente hay más de 7.000 taxis eléctricos en circulación, todavía no son suficientes para garantizar la supervivencia del sector en un mercado altamente exigente. Los expertos señalan que ha habido un aumento del 39% en el coste de la compra de un nuevo taxi desde el 2017, cuando se introdujo el nuevo taxi negro eléctrico, pero todos los planes|planos de ayuda financiera se eliminarán en el 2026, mientras la industria de vehículos de alquiler privado sigue creciendo.

Este 2025 la TfL tendrá que revisar el Plan de Acción para Taxis y Alquiler Privado, y el informe recomienda que se establezca una estrategia de diez años para la retención y reclutamiento de taxistas, con ambiciones claras para "mantener y expandir" el número de conductores con permiso. También aconsejan una mayor colaboración entre el sector del taxi y el Ayuntamiento de Londres para elaborar políticas conjuntas de "gestión inteligente del tráfico" e identificar el papel de los 'black cabs' dentro del futuro modelo de transporte para Londres, priorizarán en un 80% los trayectos en medios sostenibles enfrente de un 20% de los viajes en automóviles privados.