La isla Hans es una pequeña isla deshabitada situada en el centro del canal Kennedy, en el estrecho de Nares, que está dividida entre Canadá y Dinamarca. Este estrecho separa Ellesmere (Canadá) del norte de Groenlandia. Hasta el 14 de junio de 2022, fue un territorio en disputa, pero finalmente se acordó dividirla casi a la mitad entre ambos países. La parte canadiense pertenece a la región de Qikiqtaaluk, en Nunavut, y la parte danesa en el distrito de Qaanaaq, en Groenlandia. Es posible que no se haya oído hablar de esta isla, pero tiene una historia curiosa relacionada con las tensiones, el güisqui y las disputas internacionales.
¿Una guerra alcoholizada?
Las autoridades de Dinamarca y Canadá celebraron el acuerdo firmado en junio de 2022 como un momento clave en la cooperación internacional, poniendo fin a más de 50 años de una "guerra" no oficial entre los dos países. Esta disputa, que no fue violenta, incluyó momentos humorísticos como duelos de banderas e intercambios de botellas de alcohol, todo por un trozo de tierra que a simple vista no parece de gran importancia. La isla Hans, de aproximadamente un kilómetro de anchura, es una isla rocosa, deshabitada, extremadamente fría, de difícil acceso a causa de los fuertes corrientes que lo rodean. Vaya, no sería el típico lugar para ir de vacaciones.
La pequeña isla fue conocida por los inuits como Tartupaluk ("riñón" en groenlandés) por su forma, y durante siglos fue utilizada por los indígenas canadienses y groenlandeses para cazar osos polares y otros animales. No obstante, no fue hasta el siglo XIX cuando los exploradores europeos y americanos intentaron acceder para cartografiar el Ártico. El guía inuit Suersaq, conocido por los expedicionarios como Hans Hendrik, colaboró en varias misiones y fue a quien dio el nombre en la isla en 1872.
Durante la década de 1970, Canadá y Dinamarca empezaron a discutir sobre sus fronteras árticas. Aunque los dos países acordaron una línea divisoria oficial en el tratado de 1973, no se pusieron de acuerdo sobre la posesión de la isla Hans. Este desacuerdo dio como resultado una situación de bloqueo, con ambos países estableciendo fronteras en los lados opuestos de la isla. La disputa reavivó en 1983 con la conocida "Guerra del Güisqui", cuando un periodista groenlandés informó sobre la presencia de un científico canadiense en la isla, cosa que desencadenó una serie de rituales en que se plantaban banderas y se dejaban botellas de licor, con un efecto cómico, pero que siguió alimentando la tensión, recoge la publicación National Geographic.
El cambio climático: ¿el foco de la disputa?
La disputa por la isla Hans tiene un componente serio, especialmente a causa del cambio climático, las perforaciones en el Ártico y los ejercicios militares canadienses en la región. Aunque la isla no tiene reservas minerales utilizables, podría utilizarse como base para perforaciones, y el deshielo del Ártico hace que gane importancia estratégica. Con el objetivo de resolver las cuestiones fronterizas, los dos países crearon un grupo de trabajo conjunto en el 2018.
Finalmente, la disputa de décadas se ha resuelto con un acuerdo para dividir la isla a través de una fisura de norte en sur, con Groenlandia obteniendo la parte mayor. De esta manera, Dinamarca y Canadá celebran que los conflictos territoriales se pueden resolver sin violencia. El ministro danés de Asuntos Exteriores, Jeppe Kofod, destacó que la cooperación entre las personas es más importante que las fronteras creadas por el hombre y que este acuerdo es un paso positivo para la comunidad internacional. Kofod también hizo referencia a la "presión" que ejercen las disputas territoriales violentas sobre las sociedades democráticas, haciendo una alusión a la guerra en Ucrania. Afirmó que el resultado de esta disputa pacífica demuestra que la diplomacia y el Estado de derecho funcionan realmente y expresó la esperanza de que este acuerdo inspire otras naciones a seguir el mismo camino.