El Brexit está a punto de llegar a uno de los puntos más importantes del trayecto. El próximo martes 12 de marzo se votará en el Parlamento británico el último acuerdo de Brexit de la primera ministra británica, Theresa May. A estas alturas, nada parece indicar que alguna cosa se haya movido en las mayorías parlamentarias desde mediados de enero, cuando May vio como su primer acuerdo de Brexit era rechazado en Westminster por 432 votos contra 202.
Pase lo que pase el día 12, el Brexit todavía dará muchos quebraderos de cabeza a los británicos. Si el acuerdo es aprobado, hecho muy improbable según todos los indicios, el Reino Unido abandonará la Unión Europea el día 29 de marzo, fecha límite fijada al inicio de todo este proceso. Los británicos se marcharían, pues, con un acuerdo y seguirían negociando hasta diciembre del 2020, momento para el cual tendrían que haber llegado a un acuerdo permanente con la UE en temas de vital importancia para ambas partes: como es el caso de la frontera entre las dos 'Irlandas'.
Ahora bien, ¿qué pasará si el Parlamento rechaza el nuevo acuerdo de May? Con toda probabilidad la cámara donde radica la soberanía de los ciudadanos británicos afrontará una votación el día siguiente, es decir, el miércoles 13 de marzo, en que los diputados tendrían que votar si están dispuestos a que el país abandone la UE el día 29 sin acuerdo. De no querer tampoco abandonar a la familia europea sin acuerdo, habrá una tercera votación el jueves 14 de marzo en que los diputados tendrán que decidir si quieren que el gobierno británico pida a Bruselas un aplazamiento del Brexit.
En caso de que el Parlamento opte por aplazar el Brexit, este hecho podría tener dos lecturas. Si el acuerdo fuera rechazado por un estrecho margen, May podría utilizar este hecho para hacer un último intento de presionar a la Unión el próximo 22 de marzo, día en que está prevista una cumbre europea.
Si, como ya pasó hace menos de dos meses, el Ejecutivo británico pierde de forma contundente la votación, se abren hasta siete alternativas diferentes: más votaciones de hipotéticos futuros acuerdos del Brexit en los próximos meses, una salida sin acuerdo, la convocatoria de elecciones, un nuevo referéndum -medida que ahora tiene el apoyo del Partido Laborista-, un nuevo proceso de negociación entre Londres y Bruselas, una moción de confianza a May o, incluso, la cancelación del mismo Brexit.
¿Quién dice qué en el Brexit?
Quien parece haber cambiado menos en su postura inicial es el sector más conservador del partido de Theresa May, que está formado por un centenar de diputados. A estas alturas, los euroescépticos siguen rechazando el acuerdo de May y aseguran anhelar una salida sin acuerdo. En esta misma posición se encuentran los unionistas norirlandeses.
Los dos grupos instan a May a retirar la llamada 'salvaguardia' irlandesa: una frontera suave pactada entre Londres y Bruselas que evite un proceso de desestabilización en la región. La medida no gusta a los euroescépticos, ya que la ven como un ataque a la unidad del Reino Unido, ya que Irlanda del Norte quedaría en un status diferente del del resto del país.
Por otra parte hay los laboristas, que ahora ya de forma oficial dan apoyo a un segundo referéndum si el plan de May falla, a pesar de las reticencias de su líder, Jeremy Corbyn. Los laboristas, sin embargo, llegan también con cierta división a esta votación. Una delegación del partido estaría negociando con conservadores moderados la "opción noruega", que supondría un Brexit suave que retuviera el Reino Unido en la unión aduanera. Por otra parte, otra delegación laborista estaría negociando con el ministro designado para la salida de la UE, Stephen Barclay, dar apoyo al acuerdo que se votará el martes a cambio de someterlo a un referéndum.
Finalmente hay los conservadores a favor de May, los cuales, evidentemente, quieren que se apruebe el acuerdo que presentará el gobierno porque rechazan frontalmente una salida desordenada de la Unión Europea.