Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca, celebra este martes elecciones y no está del todo claro quién podría ser el ganador. Los habitantes del territorio inuit están convocados en las urnas, debatiéndose entre sus ansias de independencia y los deseos de mantener su bienestar, en medio del interés de los Estados Unidos por adquirir esta isla ártica.

El único sondeo publicado hace más de un mes, y con un 30% de indecisos, apunta a un triunfo del partido socialista Inuit Ataqatigiit (IA) del presidente Múte B. Egede con el 31%, por delante del socialdemócrata Siumut. Los dos partidos gobernaron juntos los últimos tres años, aunque retrocederían varios puntos con respecto a los comicios de 2021. El Demokratiit sería la tercera fuerza, con casi el 19%, desbancando en el Naleraq, al partido que más quiere romper los lazos con Dinamarca, aunque también suben varios puntos. En caso de cumplirse este escenario, el IA y el Siumut podrían repetir coalición de gobierno, siendo estas dos las únicas fuerzas que han encabezado ejecutivos groenlandeses desde la implantación de la autonomía en 1979, modificada en el 2009 para ampliar el marco de competencias e incluir el derecho de autodeterminación.

Estos Serán los comicios que más expectación han generado dentro y fuera de Groenlandia, en los cuales votan cerca de 43.000 personas para escoger los 31 escaños del Inatsisartut, el parlamento groenlandés, por|para el interés continuo del presidente de los Estados Unidos, a Donald Trump de anexionarse este territorio helado.

El interés de Trump por la isla plana sobre los comicios

El reiterado interés de Trump por hacerse con Groenlandia ha sobrevolado la campaña electoral y ha obligado a posicionar a las principales fuerzas políticas, que de manera mayoritaria se han opuesto a sus deseos. En su última intervención en sus redes sociales este domingo, Trump ha mostrado su apoyo a que Groenlandia decida su futuro, prometiendo seguridad y "billones de dólares" en inversiones.

En una entrevista en la televisión pública danesa DR emitida este lunes, pero grabada antes de las últimas declaraciones de Trump, el presidente Egede ha subido el tono y ha pedido "respeto" a los Estados Unidos, además de defender un gobierno "robusto", que construya una base económica sólida para avanzar hacia una independencia "sin fecha fija". Hoy por hoy, la economía groenlandesa depende en gran manera de Dinamarca, que aporta en torno al 40% de los ingresos de esta isla de casi 57.000 habitantes que viven en 2,2 millones de kilómetros cuadrados, en un 80% cubierto permanentemente por el hielo, y en la cual la pesca supone el 90% de sus exportaciones.

El rechazo a Trump ha sido mayoritario entre los políticos y la población: aunque la mayoría apuesta por la independencia, el 85% de los groenlandeses no quiere formar parte de los Estados Unidos, según un sondeo reciente. El Siumut, tradicional dominador de la política groenlandesa, es quien más ha sufrido la influencia de Trump y del repunte|pespunte en la discusión sobre la independencia, que secundan todas las fuerzas parlamentarias, aunque los liberales de Attasut lo hacen con matices. Durante la campaña, esta formación socialdemócrata ha enviado mensajes ambiguos con respecto a la relación con los Estados Unidos y por el camino ha perdido en Aki-Matilda Høegh-Dam, a una de las dos diputadas groenlandesas en el parlamento danés.

El impacto de la ola naranja

Høegh-Dam se ha unido al Naleraq, que también ha sumado a sus filas Qupanuq Olsen, la influencer groenlandesa más conocida, que publica vídeos en inglés sobre la cultura inuit. El Naleraq es la fuerza política con más presencia en redes sociales y sus partidarios, preparados con piezas de color naranja, se han hecho notar en los debates electorales organizados por la televisión pública KNR, recorriendo las principales poblaciones.

Esta formación de independentista con un marcado discurso populista, ya ha participado como socio menor en dos gobiernos anteriores, la última vez con el IA en el 2021, pero la coalición solo duró un año después de varias polémicas, como la idea de su líder, Peli Broberg, que solo personas de origen inuit podrían votar en un referéndum de independencia. Es el partido más a favor de estrechar lazos con los EE.UU., con quienes quiere firmar un tratado de libre asociación a cambio de dinero y seguridad, aunque ya estos cuentan con una base en Groenlandia, que podría aumentar, gracias a un acuerdo con Dinamarca de hace siete décadas.

Los groenlandeses están más preocupados por el bienestar

La independencia, en la cual cabe bastante política se ha atrevido a poner fecha concreta, no ha sido la cuestión más relevante en la campaña, dónde el bienestar han tenido más protagonismo. De acuerdo con un sondeo del diario Sermitsiaq, el 85% de los groenlandeses cree que la principal tarea del próximo Gobierno tiene que ser solucionar los problemas en sanidad, finanzas y vivienda. Las deficiencias sanitarias y en educación son uno de los motivos que explican por qué el número de groenlandeses que residen en Dinamarca ha aumentado un 23% desde 2008, hasta unos 17.000. La mayoría de ellos no podrán votar, ya que es necesario tener residencia fija a Groenlandia seis meses antes, excepto excepciones como estudiantes o diplomáticos.