Victoria contundente de los independentistas escoceses a las elecciones británicas del jueves. El Partido Nacional Escocés (SNP) ha conseguido 48 de los 59 escaños en juego, un aumento de 13 diputados que refuerzan su petición para un segundo referéndum de independencia.
"Boris Johnson tiene un mandato para sacar a Inglaterra de la Unión Europea pero tiene que aceptar que yo tengo uno para dar a Escocia una elección alternativa para su futuro", ha asegurado la primera ministra escocesa y líder del SNP, Nicola Sturgeon. "Escocia ha enviado un mensaje muy claro: no queremos un gobierno de Boris Johnson y no queremos marcharnos de la UE", ha añadido Sturgeon.
Con el recuento finalizado, el SNP ha obtenido un 45% de los votos, una cifra similar a la del sí del referéndum del 2014. Según ha indicado la líder del SNP, sus votantes muestran un "claro apoyo a que Escocia debería decidir su futuro". La líder del SNP reconoce que no todo el mundo que ha votado por el SNP respaldaría necesariamente la independencia, pero el haber elegido a su partido hace que la demanda de un segundo plebiscito reciba "un renovado, nuevo y reforzado mandato".
Carta a Johnson
Sturgeon se ha comprometido a enviar al 10 de Downing Street una carta para exigir un nuevo referéndum antes de Navidad. Allí se encontrará con Boris Johnson, quien ha prometido que rechazará cualquier petición sobre un nuevo referéndum con el argumento de que la cuestión quedó zanjada al menos para una generación hace cinco años.
Los conservadores han perdido a un diputado en Escocia, y se quedan con 6, mientras que los liberaldemócratas han visto como se caía su líder en todo el Reino Unido, Jo Swinson, que se ha quedado sin escaño y ha tenido que dimitir. A pesar de eso, el resultado liberaldemócrata en Escocia ha sido mucho mejor que en 2017, ya que la formación ha obtenido 4 diputados, y partía de cero. Los laboristas se han hundido, igual que en el resto del Reino Unido, y se han quedado sólo con 1.