El pasado sábado, los georgianos estaban convocados a las urnas por las elecciones parlamentarias, las cuales pueden definir el futuro del país. Más allá de la composición de la Cámara, se decidía la deriva del país: hacia la Unión Europea o hacia Moscú. El partido gobernante ganó los comicios, Sueño Georgiano, una formación que empezó como proeuropeo y últimamente se ha lanzado a los brazos de Moscú. Esta victoria ha levantado polvareda y sospechas de un posible fraude electoral promovido por la intervención del Kremlin, que hace años que intenta consolidar su influencia sobre el país, del cual ocupó parte del territorio el año 2008. En este contexto, la oposición proeuropea se ha movilizado desde el mismo sábado para denunciar el posible fraude electoral.
Miles de georgianos salieron a las calles de la capital, Tbilisi, para denunciar irregularidades en el proceso electoral, incluyendo intimidación de los votantes. La presidenta pro-occidental de Georgia, Salomé Zourabichvili, cuyo papel es en gran parte ceremonial, ha sido una de las voces que han liderado estas protestas y ha afirmado que el país ha caído en una "operación especial rusa" con el objetivo de devolverlo a la órbita de Moscú y descarrilarlo su plan de adhesión a la Unión Europea.
Afines en Moscú defienden las elecciones
Los Estados Unidos, varios países europeos han pedido que se investigan las acusaciones de fraude electoral. De la misma manera, los países afines en el Kremlin sostienen que no hay ningún problema con los comicios. Por ejemplo, Viktor Orbán, presidente de extrema derecha de Hungría, ha sostenido que las elecciones parlamentarias en Georgia han sido "libros y democráticas". Además, también ha sostenido que los georgianos no necesitan "los sermones inútiles" de la Unión Europea, de la que su país sí es miembro y de la cual él ostenta la presidencia rotativa del Consejo de la UE.
Por su parte, el Kremlin ha negado ningún tipo de influencia en el proceso electoral de Georgia. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha negado de manera categórica que Rusia haya ingerido a las elecciones georgianas en su rueda de prensa telefónica diaria. "A primera vista se ven los intentos de injerencia, pero no de Rusia. Un gran número de fuerzas de los países europeos y de varias instituciones europeas intentaron influir en el resultado de esta votación", ha sentenciado.
Sin embargo, un informe preliminar de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) sostiene que "notó informes de intimidación, coacción y presión sobre los votantes", calificando la realización de las elecciones como prueba de "retroceso democrático" en el país.