Los resultados de las elecciones en el Parlamento Europeo se han centrado estos días en el auge de la extrema derecha y el papel que puede tener a partir de ahora en la Eurocámara. Pero es cierto que, aparte de este hecho, hay otros que dan bastante juego. Como por ejemplo, los diferentes MEP –los miembros elegidos para representar en el Parlamento Europeo– y contrastes: youtubers e influencers, piloto de carreras y un exgeneral del ejército italiano.

Activistas, influencers, expilotos y exmilitares

Carola Rackete, marinera, activista y científica, es una de las nuevas caras más destacadas. Pasó gran parte de su juventud colaborando en viajes de investigación en la Antártida y protestando contra la deforestación, pero saltó a la fama política capitaneando al Sea-Watch 3, desafiando el entonces ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, al rescatar refugiados libios que se ahogaban en el Mediterráneo y desembarcarlos en Lampedusa. Eso la llevó brevemente a un arresto domiciliario y consiguió hacer enfadar a los políticos de la derecha y, consecuentemente, la heroicidad para muchos de la izquierda. Aunque es más conocida por sus trabajos de rescate, Rackete dice que quiere centrarse en el parlamento en cuestiones medioambientales y climáticas, incluyendo la adaptación del clima a la naturaleza.

Un poco más lejos, en Chipre, Fidias Panayiotou también ha conseguido irrumpir. Se trata de un popular YouTuber y Tiktoker y ha sorprendido al establishment político de la nación insular al ocupar uno de los seis escaños del eurodiputado del país y ha conseguido el 19,4% de los votos. Se describe a sí mismo como un "profesional que comete errores" y admite que sabe poco sobre política o el parlamento, pero tiene decenas de millones de suscriptores en sus vídeos como "Viajé a la India con solo 10 dólares". "Lo que pasó fue una sorpresa, un milagro," habría dicho a la emisora estatal CyBC. "Los partidos tendrían que tomárselo como una advertencia de que se tienen que modernizar y escuchar a la gente".

Odio a la diferencia

En Italia, Roberto Vannacci, es un general del ejército italiano que el año pasado publicó un libro donde despreciaba a las personas LGBTQ+, los inmigrantes, las minorías y las feministas, cosa que generó críticas generalizadas. Sus ideas provocaron indignación en muchos sectores, pero resonaron al líder de la Liga de extrema derecha, Matteo Salvini, que lo inscribió como uno de los principales candidatos de su partido. Ahora, Vannacci está de camino a Bruselas. En su libro más vendido, Vannacci cuestionó si las personas de color podrían alguna vez ser italianas, incluso si hubieran nacido en el país, y defendió el derecho de una persona a "odiar". Pero Vannacci, excomandante de paracaidistas de 55 años, también tiene trapos sucios sobre la mesa. Era agregado militar en la embajada de Italia en Moscú. Está bajo investigación por malversación de fondos durante su estancia en Rusia, cosa que él niega. También ha sido suspendido del ejército, acusado de desacreditar al ejército con el libro.

En la República Checa también está el expiloto de carreras, Filip Turek, que forma parte de un grupo euroescéptico no representado en el parlamento checo que dice defender los derechos de los conductores ante las políticas climáticas de la UE. Formó una coalición con el partido de protesta Juramento, y juntos ocuparon el tercer lugar en las elecciones de la UE en el país con una participación del 10,3% de los votos. Turek, de 38 años, ha visto crecer su popularidad a través de las redes sociales con su llamamiento de remodelar Europa. Pero la policía también ha estado investigando fotografías de hace algunos años en que utiliza el saludo nazi.

En Polonia la extrema derecha también ha tenido un peso importante. Grzegorz Braun, del partido de extrema derecha Confederación polaca, causó indignación internacional en diciembre cuando cogió un extintor de una pared en el vestíbulo del parlamento para apagar velas encendidas como parte de las celebraciones de Janucá. Posteriormente, subió al podio de la cámara, describió la festividad judía como "satánica" y dijo que estaba restaurando la "normalidad". Braun, de 57 años, ya había ganado notoriedad con acrobacias como tirar a la basura un árbol de Navidad decorado con los colores de la Unión Europea y Ucrania y estropear un micrófono durante una charla de un historiador del Holocausto.

Alvise Pérez, en España, ha conseguido sorprender a todo el mundo con el partido Se acabó la fiesta. Después de trabajar por los Demócratas Liberales del Reino Unido, ha conseguido colarse a las elecciones europeas con un partido que no tiene programa, critica a los inmigrantes y quiere construir la prisión mayor del mundo en Europa. Pérez, que prometió renunciar a su salario como eurodiputado si era elegido, obtuvo casi 800.000 votos y tiene casi 1 millón de seguidores en Instagram, a pesar de tener muy poco perfil en los medios tradicionales.

 

Imagen principal: Fidias Panayiotou / Efe