El Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) vive horas difíciles. Después de que algunos de los líderes más conocidos estén investigados por la supuesta financiación irregular del partido y la inestabilidad que han generado al frente del Ejecutivo escocés, el partido ha perdido apoyo. En las últimas elecciones generales en el Reino Unido, el SNP salió maltrecho de las urnas y la cúpula del partido sufre porque en las próximas elecciones se repita este porrazo si no hay una reforma urgente.

Aprovechando la conferencia anual que celebra el SNP a finales de agosto, el diario británico The Guardian ha hablado con 20 de las voces más influyentes del partido, incluidos a los actuales y antiguos ministros del gobierno escocés. Entre todos estos miembros del partido hay una duda que prevalece: ¿es el nuevo líder del partido, John Swinney, una figura lo bastante fuerte para parar el declive? Si bien tienen margen hasta las nuevas elecciones escocesas el año 2026, el partido se muestra nervioso después de concluir una década de victorias electorales y empezar a concatenar derrotas.

Renacimiento de los laboristas y frustración por el referéndum

En la conferencia anual que celebra el SNP, los miembros del partido centran sus esfuerzos a entender y poner remedio a aquello que les ha llevado a la derrota electoral en las pasadas generales. Varias voces del partido señalan que la campaña de los laboristas para acabar 14 años de gobiernos conservadores eclipsó su programa. Contrarrestar el mensaje de los laboristas para echar a los conservadores era "increíblemente difícil, si no imposible", según un miembro del partido independentistas.

Si bien el rechazo a los tories se marchó la campaña, las políticas fallidas del SNP también ha jugado un papel destacado. El callejón sin salida que ha acabado siendo la propuesta de un nuevo referéndum de independencia ha frustrado a muchos votantes. Además, las investigaciones por financiación irregular también ha apartado a los posibles votantes de la formación.

Por si no fuera suficiente, los años de victorias también pasan factura. "Después de 19 años, es difícil afirmar que ofreces alguna cosa nueva y diferente. Tenemos que escoger tres o cuatro cosas que arreglamos y hacerlas bien", señala un ex alto cargo del partido al diario británico.

Algunos ya están replanteando una pérdida en el 2026 como una oportunidad. "¿Sería lo peor si perdemos en el 2026?", ha planteado un exdiputado a The Guardian, quien reflexiona: "Podríamos pasar este tiempo a la oposición entrenando nuestros activistas por hacer campaña, fortalecer nuestra base, trabajar para que otros países nos acepten y utilizar las próximas elecciones para impulsar la independencia".