Con las elecciones europeas de este domingo no paramos de oír una palabra alemana: Spitzenkandidaten. ¿De dónde sale? ¿Qué es y para qué sirve? Los comicios decidirán quién ocupa cada asiento del Parlamento Europeo, y con la fórmula del Spitzenkandidaten escogerán también la presidencia de la Comisión Europea. Siempre y cuando el Consejo Europeo, que reúne los estados, también lo acepte.
¿Pero qué es exactamente? Se trata de los candidatos a presidir la Comisión Europea, que es el principal órgano ejecutivo de la UE. Esta manera de designar al próximo presidente de la Comisión se implementó por primera vez en las elecciones europeas del 2014 para identificar con más facilidad las candidaturas políticas. Y según explica el investigador del CIDOB Héctor Sánchez Margalef, para incentivar la participación.
Cada partido a nivel europeo podía anunciar su Spitzenkandidat transnacional, antes incluso de empezar la campaña electoral. Sin embargo, ¿cómo se configura el Parlamento Europeo? Se divide en varios bloques políticos, que se reúnen según su ideología. Los ocho principales grupos de la cámara -PPE, S&D, ALDE, CRE, GUE-NGL, LV-ALE, ELDD y ENL- presentan, como mínimo, un candidato a presidir la Comisión Europea. La candidatura que obtenga más representación tendrá que ser aprobada por el Consejo Europeo y por una mayoría del propio Parlamento.
Pero es necesario recordarlo. Los ciudadanos votan a las europeas a los partidos, no al Spitzenkandidat. "Hacer campaña en 28 Estados miembros no es fácil", asegura el experto. "Esta vez se lo han tomado más seriamente".
La fragmentación que se espera para estos comicios hace que la elección del Spitzenkandidat, sea todavía más difícil. De hecho, estas elecciones se prevén especiales puesto que se espera que los partidos que hasta ahora han estado presentes en la Cámara pierdan fuerza y aumente la presencia de partidos euroescépticos.
¿De dónde sale la idea del 'Spitzenkandidat'?
Hace unos años el proyecto europeo se encontraba fuertemente cuestionado. Entonces Bruselas ya sufría por un descenso de la participación en los comicios europeos. Tal como explica el investigador del CIDOB en su artículo ¿Quién quiere matar a los Spitzenkandidaten? para fomentar e incentivar que la gente fuera a votar, los dos principales grupos de la Eurocámara decidieron designar a un candidato principal (Spitzenkandidat) para las europeas que sería, además, su propuesta para presidir la Comisión Europea.
Who will be the next president of the European Commission?
— European Parliament (@Europarl_EN) May 16, 2019
Watch the video for highlights of the live #Eurovision debate with candidates at the European Parliament ⬇️ pic.twitter.com/TnXegvibjV
Entonces, según detalla, los grupos políticos acordaron primero entre ellos y después posteriormente con la Comisión no votar a ningún presidente que no hubiera sido propuesto durante el proceso electoral. Aunque la participación no aumentó con esta iniciativa, el experto detalla que se pudo frenar la tendencia abstencionista.
¿Pero sobrevivirá en un futuro?
"Los diferentes actores políticos han empezado a posicionar a favor o en contra de este proceso de elección. Emmanuel Macron y el mismo Consejo Europeo como institución están decididos a que esta propuesta no sobreviva. El grupo de los liberales europeos, liderado por Guy Verhofstadt, es, sin embargo, un defensor total del proceso de elección". Y explica: "Macron quería impulsar una propuesta de de listas transnacional que el Parlamento Europeo giró en votación porque su implementación implicaba desmontar las estructuras de poder ya existentes".
"Por otra parte, el Consejo Europeo quiere recuperar su preeminencia a la hora de escoger al presidente de la Comisión. A los gobiernos europeos nunca les ha gustado que la Comisión Juncker se autoproclamara 'la más política de la historia' por tres razones. La primera porque se entiende que no es función de la Comisión ser política. Esta función pertenece al Consejo Europeo y la Comisión tiene que ser la guardiana de los tratados y velar por el bien común de los europeos, no hacer política", recoge en su artículo.
"El segundo motivo interpreta que la pretensión de politizar la Comisión puede volverse en contra del proyecto europeo por ser incapaz de ofrecer lo prometido. Y la última razón es la reivindicación del Consejo Europeo como fuente de legitimidad: que el reclamo de los Spitzenkandidaten fuera que el Parlamento Europeo tuviera más legitimidad por ser institución escogida directamente por los ciudadanos molestó a algunos jefes de Estado y de gobierno", resalta.
"Los Spitzenkandidaten no han muerto todavía, pero el peligro es real", sentencia Sánchez Margalef.