Donald Trump no tiene ninguna intención de declarar para explicar su versión de los hechos sobre el asalto del Capitolio del 6 de enero del 2021, cuando dos meses después de las elecciones presidenciales todavía no había aceptado su derrota electoral ante y animó a sus seguidores a actuar. Aparte de declarar, también tendría que entregar información oficial sobre aquella jornada, cuando todavía vivía en la Casa Blanca, antes del traspaso con el demócrata. Para intentar escaparse de sus responsabilidades, Trump presentó este viernes una demanda contra el comité del Congreso que investiga el asalto, para no tener que comparecer. Concretamente, Trump presentó esta querella en una corte de Florida, donde reside desde que se tuvo que marchar de Washington, y su abogado, David Warrington aseguró que los precedentes "preservan la separación de poderes", evitando que el Legislativo tenga que declarar, algo que beneficia al magnate, que no está pasando por su mejor momento: los republicanos no han triunfado tanto como se esperaba en las elecciones al Congreso y Senado, y su máximo rival dentro del partido, Ron DeSantis, ha sido el gran vencedor.
A finales de octubre, el comité citó formalmente al expresidente de los Estados Unidos bajo juramento y a entregar también documentos relativos a su actuación durante los días previos al asalto al Capitolio y durante esta misma jornada. Casi sobre la bocina, Trump ha presentado esta querella para zafarse de tener que declarar, ya que su comparecencia estaba prevista a partir el 14 de noviembre. El comité también publicó el contenido de la carta que enviaron a Trump, a quien le recuerdan el "papel central" que hace ejercer en un esfuerzo "orquestado e intencionado" de revocar los resultados de las elecciones de 2020, cuando perdió ante Joe Biden, aunque todavía le cueste reconocerlo.
¿De qué se acusa a Donald Trump?
Yendo más allá, el comité acusa en Trump de ir propagando información falsa sobre este fraude electoral, que nunca pudo demostrar ante la justicia por| falta de pruebas, para anular el resultado de la votación que convertía a Joe Biden en nuevo presidente de los Estados Unidos después de cuatro años de mandato del magnate. Además, también lo acusa de intentar "corromper" el departamento de Justicia, aparte de presionar funcionarios y legisladores locales para alterar los resultados, convocar decenas de miles de sus seguidores aquel 6 de enero, incitar a la violencia con mensajes en las redes sociales (que lo acabaron expulsando) y no colaborar para dispersar a sus fanáticos durante el asalto. Hay que recordar que de los 10.000 manifestantes trumpistas, 800 entraron en el Capitolio cuando este estaba ratificando la victoria electoral de Biden.
El mal momento de Trump
Aunque estas elecciones de medio mandato en los Estados Unidos se esperaban que fuera una demostración no tanto de la fuerza de los republicanos, sino más bien de la debilidad de los demócratas, a la espera de conocer los resultados definitivos, eso no ha sido así. Joe Biden, a pesar de las recurrentes imágenes de sus lapsus, ha resistido el embate y ha salvado algunos de los territorios más importantes, a pesar de la inflación, movilizando al electorado con temas como la defensa del aborto o la cuestión de las armas. Antes de conocer los resultados, Trump hizo de Trump y dijo que si todo iba bien para los republicanos era gracias a él, que había designado a algunos de los candidatos, pero si no, no lo podían culpar. Uno de los golpes más duros para el millonario es que su único rival dentro del partido republicano de cara a las elecciones del 2024, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, revalidó la victoria con unos resultados excelentes, algo que inquieta al expresidente norteamericano.