La violencia de las últimas horas en las calles de Bolivia en el intento de golpe de Estado que ha acabado fracasando, han despertado los fantasmas de la crisis política que sacudió el país el año 2019. La inestabilidad política en este país andino hace años que se cronifica en la vida institucional y, ahora, ha estallado en forma de alzamiento militar. Mientras el país trata de volver a la normalidad, las acusaciones entre los partidos, los militares alzados y el mismo Ejecutivo boliviano embarran la escena política y llevan a plantearse: ¿cómo se ha llegado hasta aquí y porque ha habido un alzamiento? La respuesta es compleja y se mantiene abierta.

Un grupo de militares encabezados por el comandante general del Ejército de Bolivia Juan José Zuñiga, llegaron fuertemente armados a la plaza donde se encuentra la sede del Gobierno de Bolivia y con un tanque tumbaron la puerta, acción que el presidente boliviano, Luis Arce, calificó de "intento de golpe de Estado". Zuñiga prometía liberar la democracia boliviana de las manos de las élites, pero al final todo ha quedado en nada. Después de ser arrestado, Zuñiga ha afirmado que detrás del golpe está el mismo Arce.

¿Un 'autogolpe' de Estado?

El actual presidente boliviano, Luis Arce, tiene una larga carrera como político y, concretamente, en varios cargos del Ejecutivo de su país. Fue ministro de Economía y Finanzas Públicas del 2006 en el 2017, un cargo al cual devolvería en el 2019 al Gobierno de Evo Morales. Sin embargo, haber trabajado codo con codo con Morales no ha hecho que tengan precisamente una buena relación. Los dos son del mismo partido, Movimento en el Socialismo, y se estarían disputando el control del partido. De hecho, las sospechas actuales apuntan que Arce podría haber animado el golpe para ganar bastante dentro del partido. Según informa EFE, el mismo Zuñiga habría intentado derrocar el actual gobierno para evitar que el expresidente Evo Morales pudiera presentarse a las elecciones que se celebrarán en agosto del 2025.

Zuñiga ha sostenido que Arce lo animó a dar el golpe de Estado: "Hablaré con detalles el domingo, en el colegio La Salle, me reuní con el presidente y el presidente me dijo que la situación está muy metida, que esta semana sería crítica y hacía falta alguna cosa para levantar su popularidad".

La herida del 2019

El escenario actual nace de otro intento de golpe de Estado, el de 2019. Entonces, varios jefes militares forzaron la dimisión del entonces presidente, Evo Morales. En aquel momento los militares alegaban que Morales trataba de alterar los resultados electorales y acabaron enviándolo al exilio en México. Después de eso, Jeanine Añez, senadora de derechas y líder de la oposición, se autoproclamó presidenta de Bolivia y con una enorme Biblia en la mano afirmó: "Déu ha vuelto al Palacio Quemado". Sin embargo, su tiempo como presidenta autoimpuesta no duró mucho y, posteriormente, ha sido condenada por el Tribunal Superior de Justicia a 10 años de prisión. Para el militar golpista Zuñiga, Añez es una presa política y cuando asaltaba las instituciones bolivianas reclamó su liberación.

De aquella inestabilidad política, surgió un nuevo liderazgo en el Movimiento en el Socialismop, ante la ausencia de Morales por su exilio y este es Arce. Por eso, las acusaciones de Zuñiga dejan al actual presidente en una posición difícil, ya que en el fondo los dos podrían compartir un objetivo común: mantener a Morales lejos.