Las fuerzas de seguridad iraníes han detenido este sábado temporalmente al padre de Mahsa Amini para advertirle que no conmemore el primer aniversario de la muerte de su hija, que estuvo muerta hoy hace justo un año mientras se encontraba bajo custodia policial, después de ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico. La muerte de Amini provocó fuertes protestas al grito de 'Mujer, vida, libertad' que durante meses pidieron el fin de la República Islámica y que se apagaron después de una represión que causó 500 muertos, miles de detenidos y en los cuales fueron ejecutados siete manifestantes, uno de ellos en público. Las acciones reivindicativas llegaron hasta Barcelona, con varias protestas para dar a conocer los hechos y pedir justicia.
En las últimas semanas las autoridades iraníes han intensificado las advertencias y las medidas represivas para tratar de evitar que el primer aniversario de la muerte de Amini provoque nuevas manifestaciones con más reclamaciones de libertades. El padre de la joven de 22 años tan solo ha sido el último a sufrir la represión gubernamental. "Amjad Amini fue detenido esta mañana por las fuerzas represivas cuando salía de su casa a Saqez y volvió a su casa horas después", ha informado la ONG Iran Human Rights, radicada en Oslo. La organización opositora al régimen de Teherán ha afirmado también que la casa de la familia de Amini en el Kurdistán iraní se encuentra "rodeada de fuerzas militares" para evitar que lleven a cabo una ceremonia religiosa que conmemore su muerte.
La fuerzas de seguridad iraníes han impuesto, además, fuertes restricciones en el cementerio de Aichi, donde está enterrada Amini. Este es el lugar, precisamente, donde empezaron las protestas un día después de su muerte el 16 de septiembre del 2022, según Irán Human Rights. Posteriormente, más de 100.000 personas participaron en una manifestación en Saqez, en la tumba, cuando se cumplían los 40 días de los hechos. La también organización opositora Hengaw ha confirmado la detención de Amjad y las medidas de seguridad en el cementerio.
Decenas de familiares de muertos en las manifestaciones han sufrido detenciones arbitrarias, restricciones a la celebración de reuniones pacíficas en los lugares donde se encuentran las tumbas y la destrucción de lápidas, ha denunciado Amnistía Internacional. El caso más chalado es el del tío de Amini, Safa Aeli, quien fue arrestado la semana pasada en su casa de Saqez, en el Kurdistán iraní, y cuyo paradero se desconoce, según han denunciado los activistas.