La Oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha acusado a Hamás de crear una "crisis de último minuto" después de intentar supuestamente modificar detalles del borrador de alto el fuego anunciado ayer por Qatar, y ha asegurado que su gobierno no aprobará su implementación hasta que los desacuerdos se aclaren. "Hamás incumple partes del acuerdo conseguido con los mediadores e Israel en un esfuerzo por extorsionar concesiones de último minuto", ha denunciado este jueves la Oficina de Netanyahu. "El gabinete no se reunirá hasta que los mediadores notifiquen a Israel que Hamás ha aceptado todos los elementos del acuerdo". La oficina del dirigente israelí ha apuntado que "Hamás está renegando de los acuerdos y creando una crisis a última hora que impide un acuerdo". El comunicado ha señalado que "Hamás se está retractando de entendimientos explícitos que fueron acordados con los mediadores e Israel, en un intento de extorsión en el último minuto", ha agregado, según ha recogido el diario israelí The Jerusalem Post.

Este miércoles, tanto el primer ministro de Qatar como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunciaron que se había conseguido un acuerdo, pero el primer ministro Netanyahu ha seguido insistiendo en que el acuerdo final no se ha firmado y que quedan algunos detalles pendientes.

Reunión paralizada

La reunión de gobierno, que estaba prevista para este jueves a las 11.00 horas, queda así pospuesta de manera indefinida hasta que se resuelvan las discrepancias. En este sentido, la Oficina de Netanyahu ha advertido que "Israel no fijará una fecha para una reunión del gobierno o el gabinete (de seguridad) hasta que los mediadores anuncien que Hamás ha aprobado todos los detalles del acuerdo", después de que el grupo anunciara el miércoles que había aceptado los términos y sin que ni Hamás ni los mediadores —Qatar, Egipto y Estados Unidos— se hayan pronunciado sobre las afirmaciones de Netanyahu. Aun así, varios medios locales israelíes dicen que se podría celebrar este jueves por la tarde.

Esta madrugada, la Oficina de Netanyahu ha informado, en un primer comunicado, que el primer ministro había hablado telefónicamente con los mediadores de Doha, y le han informado de que Hamás estaba intentando alejarse de lo ya acordado el pasado 27 de mayo, al querer elegir quiénes serán los presos liberados en un canje por rehenes. "Entre otras cosas, contrariamente a una cláusula explícita que otorga a Israel el derecho a vetar la liberación de asesinos en masa que son símbolos de terrorismo, Hamás quiere dictar la identidad de estos terroristas", denuncia el texto, en lo que define como "intentos de chantaje".

Según varias filtraciones, en una primera fase Hamás liberará de forma gradual, y a cambio de centenares de presos palestinos, a 33 rehenes (vivos y muertos), dando prioridad a las mujeres todavía cautivas, así como a las soldados, las personas mayores de 50 años, los menores de 19 y los enfermos.

La reacción al anuncio de Netanyahu

La respuesta de Hamás no se ha hecho esperar, y el alto cargo del brazo político, Izat al Rishq, ha reaccionado de forma inmediata y ha asegurado que el grupo islamista palestino "está comprometido con el acuerdo de alto el fuego anunciado por los mediadores". Según las informaciones publicadas por la emisora israelí Kan, Netanyahu había aplazado la reunión para dar tiempo al líder de Sionismo Religioso, el ultraderechista Bezalel Smotrich, para que le comunique si la formación abandonará el Ejecutivo en protesta por el pacto con Hamás, especialmente después de que el parlamentario Zvi Kukkot, miembro del partido, afirmara que era algo "muy probable".

El propio Smotrich ha afirmado este mismo jueves en su cuenta de X que el país se encuentra "en medio de días fatídicos". "Nos enfrentamos a un dilema desgarrador entre el deseo de ver a todos los secuestrados volver junto a nosotros y el miedo al alto precio del acuerdo y sus consecuencias para el futuro de Israel", ha argumentado. "Creo de todo corazón que la mayoría del público rechaza el intento de convertir este debate en una guerra fratricida de odio y discordia", ha apuntado el ministro de Finanzas israelí, que después del anuncio del alto el fuego, ya advirtió que era "malo y peligroso para la seguridad nacional del Estado de Israel".