El Ejército israelí ha intensificado sus ataques e incursión en el corazón de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, como en su costado occidental; causando según fuentes médicas al menos 25 muertos en un ataque contra tiendas de desplazados -que no se atribuye-, y gran destrucción en barrios residenciales.
Según han confirmado fuentes palestinas, los ataques se han concentrado ahora en Al Auda, en el centro de la ciudad de Rafah, y en Tal al Sultan, un barrio en el noroeste. Las zonas sur y este ya están bajo su control semanas después de que los tanques israelíes iniciaran su incursión en la urbe, el pasado 6 de mayo.
Una situación dramática
"Toda la ciudad de Rafah es un área de operaciones militares israelíes", dijo este viernes Ahmed al Sofi, alcalde de Rafah, en un comunicado difundido por el grupo islamista palestino Hamás en Telegram. "La ciudad vive una catástrofe humanitaria y la gente está muriendo dentro de sus tiendas debido a los bombardeos israelíes". Sofi añadió que no queda ningún centro médico funcionando en la ciudad y que los residentes y desplazados -según UNRWA unas 65.000 personas- no pueden cubrir sus necesidades diarias de comida y agua.
Falta de alimento y agua
En el norte, la falta de comida y de alimento sigue siendo una cuestión crítica. Según datos de la ONU del 1 al 18 de julio, de las 61 misiones coordinadas de asistencia humanitaria al norte de Gaza solo 28 -el 46 % - fueron facilitadas por las autoridades israelíes, detalla la Agencia de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
"La ausencia de alimentos saludables y agua potable acelera la propagación de enfermedades", ha alertado en un comunicado Hosam Abu Sfiya, el director del Hospital Kamal Adwan, en el norte de la Franja. "No hemos recibido ningún suministro esencial en el norte de la Franja de Gaza, especialmente alimentos para niños". La realidad en el enclave es que solo una ínfima minoría puede comer de forma regular, ante la ausencia de alimento o los precios inasequibles. Muchos lo hacen una vez al día y faltan leche y papillas, denuncian organizaciones sobre el terreno. Además, la escasez de combustible obliga a quemar plástico o leña para cocinar.
Algunas enfermedades están resurgiendo, como la hepatitis y la gastroenteritis.
"Todo lo que podemos ofrecer son algunas soluciones médicas para niños desnutridos", ha continuado Hosam Abu Sfiya. "Exigimos la entrada de combustible, alimentos y suministros médicos". Por su parte, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha advertido del trauma psicológico que la guerra está causando a los niños gazatíes, con algunos sin ganas de seguir viviendo rodeados de tanta muerte.
"Lo que estamos viendo en los niños pequeños, especialmente, son síntomas de depresión porque lo han perdido todo. Han perdido a sus padres, a sus hermanos, su casa, sus juguetes, todo lo que hacía que su vida diaria fuera normal", ha dicho la organización en un comunicado.