Israel ha asegurado este domingo que otro alto cargo de Hizbulá ha muerto en las últimas horas en un nuevo bombardeo en el sur de Beirut. Se trataría de Nabil Qaouk, comandante de la Unidad de Seguridad Preventiva de Hizbulá y considerado muy próximo a la cúspide de la organización chií. "Qaouk se unió a Hizbulá a la década de 1980 y estaba directamente implicado en los ataques terroristas contra el estado de Israel y sus ciudadanos", han afirmado las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en un mensaje en la red social 'X'.

Por su parte, Hezbollah ha anunciado este domingo que su destacado comandando Ali Karaki murió el viernes en el mismo bombardeo israelí que mató al máximo líder, Hasan Nasrallah, en los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye. Según la nota, Karaki comandaba las operaciones del grupo en el sur del Líbano desde 1982, por lo cual tuvo un papel "histórico" durante el fin de la invasión israelí en esta región en 2000 y también durante la posterior guerra librada por las partes en el verano de 2006. Así mismo, fue en todo momento el "responsable directo y de campo de la dirección del Frente Sur, con todos sus ejes y unidades" durante los enfrentamientos fronterizos iniciados el pasado 8 de octubre, un día después del estallido de la guerra de Gaza.

En paralelo, la Guardia Revolucionaria de Irán también ha confirmado la muerte del comandante Abbas Nilforushan en el mismo ataque el viernes por la noche en la zona de Dahieh de Beirut que segó la vida del líder de Hizbulá, Hasan Nasrallah. El ministro Exteriors de l'Iran, Abbas Araqchí, ha afirmado este domingo que la muerte del general "nunca quedará sin respuesta". Por su parte, el líder supremo de Irán, Ali Khamenei, afirmó ayer que "la matanza de personas indefensas en el Líbano reveló una vez más a todos la ferocidad del perro rabioso sionista y demostró la miopía y la política estúpida de los líderes del régimen usurpador (Israel)".

Un millón de desplazados en el Líbano

En torno a un millón de personas han abandonado sus hogares en los últimos días en el Líbano a causa de la campaña de ataques sin precedentes que Israel mantiene contra el sur y este del país, y los suburbios de Beirut. Los datos los ha anunciado hoy el primer ministro libanés, Najib Mikati. El número es grande, se estima que un millón de personas se vieron obligadas a moverse de un lugar a otro durante los últimos días. Está considerada la mayor operación de desplazamiento en el Líbano en toda la historia", ha dicho el dirigente rueda de prensa. "La gestión de este desplazamiento no solamente depende de encontrar refugio y comida a estas personas, sino que hay otras cosas como garantizar un servicio sanitario en estos centros de acogida para evitar la propagación de enfermedades o el problema de la acumulación de basura", ha detallado Mikati.

El Líbano, con una población estimada en menos de 6 millones de habitantes, se ha visto obligado a abrir centenares de albergues para desplazados desde que el lunes pasado Israel empezara a bombardear intensamente los principales bastiones del grupo chií Hizbulá. Según el último informe de situación publicado este domingo por la presidencia del Consejo de Ministros, 116.100 de los desplazados internos están alojados en 777 centros y colegios habilitados por las autoridades, de los cuales más de 500 han llegado a su aforo máximo. Varias ONG han denunciado la falta de servicios básicos en los albergues y una escasez de espacio que en algunos casos obliga a alojar a varias familias en una misma aula.