La votación de este viernes en la Asamblea General de las Naciones Unidas ha sido histórica. Un total de 143 Estados (de 193) han votado a favor que Palestina se pueda convertir en miembro de pleno derecho en el organismo internacional —una resolución, eso sí, que ha sido más bien simbólica porque la decisión corresponde al Consejo de Seguridad—. Como tal, la delegación Palestina celebró con emoción la victoria. El embajador palestino, Riyad Mansour, ha recordat que su bandera "vuela alto y con orgullo en Palestina, en todo el mundo y en el campus de la Universidad de Columbia", en Nueva York. En este momento, se le ha roto la voz y ha reclamado el derecho a un estado palestino que "no puede depender del veto de Israel ni es negociable".
Una interpelación que ha recibido una respuesta rápida. Y es que el embajador israelí, Gilad Erdan, ha subido al escenario acto seguido para condenar la decisión. Aficionado a la teatralidad, Erdan ha mostrado ante los delegados de las Naciones Unidas una foto del líder de Hamás Yahya Sinwar —que se encuentra actualmente escondido en Gaza— y ha afirmado que otorgar en Palestina la condición de Estado significaba que este sería su nuevo presidente porque equivalía a "dar todos los privilegios al futuro estado terrorista de Hamás".
No se ha quedado aquí, porque la escena que quedará para la historia ha tenido lugar cuando el embajador ha sacado una pequeña trituradora de papel desde el escenario. Con el aparato en una mano, ha introducido con la otra una copia de la carta fundacional de las Naciones Unidas, que ha quedado completamente destrozada. "Eso es lo que estáis haciendo con la carta de la ONU con esta votación destructiva", ha disparado. "Os tendría que dar vergüenza". Una actuación que ha recibido críticas, precisamente porque Israel fue creado en 1948 precisamente a partir de una resolución de las Naciones Unidas.
Votación patrocinada por España
En la votación de este viernes a la Asamblea General de las Naciones Unidas, solo nueve países han votado en contra (entre los cuales los EE.UU., Israel, Argentina, Hungría y la República Checa) y 25 se han abstenido. La resolución ha sido patrocinada por España, Irlanda, Noruega y Bélgica, con más de setenta Estados. Sin embargo, no deja de ser una resolución simbólica, ya que la decisión corresponde al Consejo de Seguridad.
La resolución aprobada concede también en Palestina nuevas competencias que superan su estatus actual (estado observador no miembro) y que definen su participación en la Asamblea General, aunque especifica que no contará con derecho al voto ni podrá presentarse candidata a los organismos de la ONU. Así, el texto declara que el Estado de Palestina "está habilitado para la filiación en la ONU de acuerdo con el artículo 4 de la carta fundacional, y, por consiguiente, tiene que ser admitido como miembro de Naciones Unidas". Es por eso que "recomienda al Consejo de Seguridad reconsiderar el asunto favorablemente", que el pasado 18 abril ya rechazó la pertenencia llena de Palestina como estado miembro con el único voto de bloqueo de los Estados Unidos.