Israel ha anunciado este viernes su plan para expandir su ofensiva militar hacia Ráfah, situado en el extremo meridional de la Franja de Gaza y fronterizo con Egipto. Es el punto de entrada de la ayuda humanitaria y actualmente hay más de un millón de desplazados que sobreviven en esta ciudad. Esta decisión, tomada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, tiene como objetivo eliminar la presencia de Hamás a la región, a pesar de las consecuencias humanitarias que eso pueda comportar. La Oficina del primer ministro de Israel ha emitido un comunicado declarando que "es imposible alcanzar el objetivo de la guerra de eliminar Hamás y dejar a cuatro batallones a Ráfah", subrayando así la necesidad de una acción más contundente en la zona.

Netanyahu ha instado las Fuerzas de Defensa de Israel y el estamento de Defensa a presentar un plan al gobierno que aborde tanto la evacuación de la población como la disolución de los batallones presentes en la región. Según el comunicado oficial, "una operación masiva en Ráfah requiere la evacuación de la población civil de las zonas de combate", lo cual sugiere un posible desplazamiento masivo de civiles en las próximas semanas. La mayoría de los civiles que se encuentran en Ráfah, cerca de 1,3 millones, según las autoridades palestinas, son refugiados que se han desplazado desde el norte de la franja de Gaza desde el inicio de los bombardeos el día 7 de octubre.

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Imagen de la región de Ráfah, donde hay más de un millón de desplazados palestinos / Foto: EFE

Los ataques recientes de Israel contra Ráfah han aumentado las tensiones en la región, que es el punto de entrada de ayuda humanitaria a la Franja, y alimentado el temor a una ofensiva terrestre. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, había insinuado en varias ocasiones la posibilidad de una incursión a Ráfah, especialmente después de concluir las operaciones en la zona de Jan Yanis, otro bastión de Hamás en el sur de Gaza. No obstante, las conversaciones de tregua entre Israel y Hamás han obstaculizado el avance hacia Ráfah, ya que el grupo palestino exige un cese definitivo de las hostilidades y la retirada de las tropas israelíes del enclave, demandas que Netanyahu ha rechazado de forma categórica.

EE.UU. y la ONU muestran su preocupación por la ofensiva sobre Ráfah

Tanto la ONU como EE. UU. han expresado su preocupación ante una posible expansión de la ofensiva terrestre del Ejército israelí a Ráfah, último refugio para más de un millón de gazatíes que llevan cuatro meses huyendo de los combates. El Departamento de Estado advirtió ayer de que una operación militar en Ráfah, sin la adecuada planificación para la evacuación de civiles sería "un desastre". "Según el derecho internacional humanitario, el bombardeo indiscriminado de zonas densamente pobladas puede constituir un crimen de guerra. La intensificación de las hostilidades en Ráfah, en estas circunstancias podría provocar la pérdida a gran escala de vidas de civiles", declaró esta semana Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA).

Por otro lado, al menos nueve personas murieron el jueves por la noche en Gaza en dos ataques aéreos que se enmarcan en la ofensiva del Ejército israelí contra el enclave palestino, donde ya han fallecido cerca de 28.000 personas. Los cadáveres de cuatro hombres, tres niños y dos mujeres fueron trasladados al hospital Abu Yousef al Nayar, en la localidad meridional de Ráfah, como pudo constatar EFE. Los bombardeos aéreos tuvieron como objetivo dos viviendas residenciales en la zona de Tal al Sultan y en Jerbet al Adas. Casi 28.000 gazatíes han muerto desde que comenzó la guerra, el pasado 7 de octubre, y unos 67.500 han resultado heridos, según el Ministerio de Sanidad de la Franja, controlado por Hamás.