Italia ha empezado hoy a juzgar a más de trescientas personas acusadas de pertenecer o colaborar con la potente mafia calabresa, la 'Ndrangheta, toda una multinacional de la droga y del delito que se sienta ahora en el banquillo del mayor proceso contra la criminalidad organizada en más de tres décadas.
El juicio tiene lugar en un búnker construido a contrarreloj en un polígono industrial de la localidad calabresa de Lamezia Terme, al sur del país, por motivos de seguridad y también para poder acoger a los 355 acusados, a sus respectivas defensas y a los más de 900 testigos.
Los imputados deberán responder a una ristra de delitos que van desde el de pertenencia a asociación mafiosa hasta el homicidio, la extorsión, la tenencia ilícita de armas y explosivos, el tráfico de influencias, la corrupción, el abuso de poder o el narcotráfico.
Un juicio histórico
Este se trata del proceso de mayor envergadura a la mafia italiana desde el histórico de Palermo contra la Cosa Nostra siciliana en 1986, que desveló por primera vez su estructura y sentó en el banquillo a más de 460 criminales y a algunos de sus capos.
El juicio a la 'Ndrangheta ha sido posible gracias a la investigación "Rinascita-Scott" del fiscal de la región Catanzaro, Nicola Gratteri, que en 2019 detuvo a más de cuatrocientas personas en Italia, Alemania, Bulgaria y Suiza. De estas, ochenta y ocho han optado por el proceso abreviado y serán juzgadas a partir del 27 de enero.
Buon anno, con l'augurio che il 2021 sia più libero.
— Nicola Gratteri (@NicolaGratteri) January 1, 2021
Dada su importancia, finalmente se ha decidido celebrarlo en la tierra desde la que la 'Ndrangheta opera, Calabria, para lanzar un mensaje de fortaleza por parte del Estado. Gratteri ha lanzado un mensaje, quizá una advertencia, a la mafia: "Lo Stato c'è", es decir, el Estado está.
La primera audiencia ha arrancado este miércoles a las nueve y media de la mañana, entre una gran expectación, y el juez prohibió las grabaciones, algo criticado por la federación de colegios de periodistas del país.
El clan Mancuso
El juicio se centra especialmente en la familia Mancuso, dueña y señora en la provincia de Vibo Valentia y una de las más respetadas de la organización, así como en sus presuntos colaboradores de las instituciones públicas y de las empresas privadas.
El fiscal Gratteri, escoltado permanentemente, empezó a indagar en sus sucios negocios a partir de la excarcelación en 2012 del patriarca Luigi Mancuso, de 66 años, considerado la máxima autoridad de la provincia y uno de los más influyentes de la 'Ndrangheta. Ahora el mafioso, sucesor de una dinastía que se remonta a principios del siglo XX, responderá de nuevo ante la Justicia y, con él, representantes de otros doce clanes considerados "satélites".
Además, se procesará por colaboración a agentes de las fuerzas del orden, empresarios y políticos como el exparlamentario del partido de Silvio Berlusconi, Giancarlo Pittelli.
Una multinacional del crimen
La 'Ndrangheta echó raíces en la remota región de Calabria, la punta de la Bota italiana, una de las zonas más pobres de Italia y del continente. Subestimada durante décadas, ha logrado convertirse en una de las organizaciones criminales más poderosas del planeta.
Su imperio de la droga, del juego de azar y de la corrupción en las licitaciones públicas le granjea en torno a 50.000 millones de euros cada año, según las estimaciones de los expertos.
Por ello, esta mafia "no es un problema de Italia, sino una amenaza global", advierte el escritor Antonio Nicaso, autor de una veintena de libros sobre este fenómeno, en un encuentro con la Asociación de la Prensa Extranjera en el país. El investigador sostiene que ya a finales del siglo XIX constan negocios de la mafia calabresa en Estados Unidos, con los que logró afianzar su fuerza empresarial, y en la década de 1980 entró en el negocio global de la cocaína por sus contactos con América Latina.
Sus tentáculos se extienden por Argentina, Brasil o Colombia, de donde recibe cargamentos de droga y los distribuye por Europa ejerciendo prácticamente su monopolio.
Sin embargo, a pesar de la imponente dimensión de sus dominios, todavía es muy difícil indagar a la 'Ndrangheta, a causa de su cariz familiar, pues los capos de los clanes reclutan a sus acólitos entre sus familias, reduciendo la posibilidad de traiciones. El proceso, en opinión de Nicaso, no bastará para desbaratarla pero sí para revelar "su dimensión planetaria", lograda gracias a su enorme "red de confianza con empresarios y políticos" de todo signo.
Romper la omertà
Entre los testigos llamados a declarar destaca uno por su apellido: Emanuele Mancuso, miembro de esa dinastía mafiosa y que decidió colaborar con la Justicia y revelar los delitos de su clan hace unos tres años, antes del nacimiento de su hija. Su decisión de colaborar es "una novedad" dado el factor familiar de la 'Ndrangheta, tal y como defiende Nicaso, pero en los últimos años cinco hijos de mafiosos han roto la "omertà" y hablado.
Sin embargo, el experto advirtió de que esta mafia no sufre ninguna "crisis de vocaciones", sino que "por cada diez encarcelados, veinte llegan para sustituirles".
La 'Ndrangheta prefiere crecer en silencio, pero nunca ha dudado en enseñar los dientes y demostrar su violencia descarnada. Uno de los casos más espeluznantes fue el tiroteo en 2014 de un coche en el que viajaban un niño de tres años, el pequeño Cocó, y sus dos abuelos. El vehículo fue quemado con los tres cadáveres en su interior y la policía encontró sobre su capó una moneda de cincuenta céntimos. Los clanes se cobraban así una deuda.