El presidente en funciones de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido ingresado este jueves por la noche en el Hospital de las Fuerzas Armadas de Brasilia a causa de un fuerte dolor abdominal, zona donde recibió una apuñalada durante su campaña del 2018 y que ha provocado que haya tenido que pasar por el quirófano desde entonces cuatro veces. Pues bien, el nuevo diagnóstico indica que sufre una hernia en la cicatriz que le dejó la cirugía hecha en la herida del ataque sufrido el año 2018. En este sentido, cabe recordar que ya en 2019 tuvo que ser operado de nuevo en esta zona a causa de complicaciones.
Según el comunicado facilitado por el Gabinete de Seguridad Institucional, no tiene previsto someterse a una nueva operación, aunque todavía continuará en observación, explica el diario 'Estadao'. La última vez que Bolsonaro tuvo que ser ingresado fue enero de este año. En aquella ocasión pasó dos noches en un hospital de Sao Paulo por culpa de una obstrucción intestinal.
Ahora, el estado de salud de Bolsonaro parece haber empeorado los últimos días. De hecho, ahora ya ha trascendido a la esfera pública la razón por la cual Bolsonaro se recluyó en el Palacio da Alvorada desde su derrota en las elecciones presidenciales, su frágil estado de salud. Concretamente, el vicepresidente Hamilton Mourao ha anunciado que Bolsonaro está convaleciente a causa de una infección en una de las piernas, hecho que le impide utilizar pantalones. Según Mourao, tiene una erisipela·la, una enfermedad cutánea causada por una bacteria que entra al organismo a través de pequeñas heridas mal curadas. No obstante, parecer ser que el presidente brasileño en funciones se estaría curando y la semana que viene podría reanudar la actividad. De momento, Bolsonaro a duras penas ha salido en un par de ocasiones de la residencia oficial y ha limitado su presencia pública.
Lula da Silva viaja a Portugal
Luiz Inácio Lula da Silva, que venció el ultraderechista Jair Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 30 de octubre, ha llegado este viernes a Portugal para una visita de dos días, en qué tiene previstos encuentros con el jefe del Estado lusitano, Marcelo Rebelo de Sousa, y el primer ministro portugués, António Costa.
Pues bien, ha aterrizado en Lisboa después de haber estado en la Cumbre del Clima COP27, en Sharm el Sheij (Egipto). Ha comido con empresarios en un restaurante de la capital, en cuya puertas se han reunido varias decenas de brasileños para saludarlo. Y esta tarde tiene previsto un encuentro con el presidente portugués en su residencia oficial, el Palácio de Belém, y posteriormente tiene otra reunión con el primer ministro.