Después de las fortísimas nevadas que colapsaron el norte del país a principios de mes, Japón afronta ahora su peor incendio en tres décadas: el fuego ha arrasado unas 1.800 hectáreas forestales y semipobladas alrededor de la ciudad de Ofunato, en la región de Iwate, al noreste del país. Desde que el incendio se declarara el pasado miércoles, hay un muerto confirmado y cerca de 4.600 personas han sido evacuadas ante el avance de las llamas, mientras unos 1.700 bomberos de 453 departamentos de todo el archipiélago participan este domingo en el operativo de respuesta. También están interviniendo helicópteros de las Fuerzas de Autodefensa del país, según informa la cadena pública NHK.
La agencia nacional japonesa de gestión de incendios y desastres ha pedido la movilización de más efectivos de otras prefecturas, entre ellas la de Hokkaido, la isla más septentrional del archipiélago, para tratar de apagar las llamas lo antes posible. Unos 84 hogares han sido destruidos, cifras que las autoridades esperan que aumenten cuando pueda valorarse la magnitud real del desastre una vez se controle el fuego, dado que actualmente se están priorizando las labores de extinción.
Las costas del sur de la prefectura de Iwate, donde se ubica la urbe, están en alerta por tiempo seco desde el 18 de febrero, un fenómeno que ha propiciado la propagación de las llamas. La misma zona registró varios incendios previos, en Yamamashi y otra zona de Iwate, que ya fueron contenidos. El observatorio meteorológico local prevé que el clima seco se mantenga por el momento. La causa del incendio sigue siendo un misterio todavía. En 2023, hubo alrededor de 1.300 incendios forestales en todo Japón, que se producen especialmente entre febrero y abril, cuando el aire se seca y arrecia el viento.
La crisis por el incendio forestal ha traído además a los vecinos recuerdos del terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011, que arrasaron las costas de Ofunato y dejaron más de 500 personas muertas o desaparecidas y destruyeron cuantiosas casas y edificios. El alcalde de la localidad, Kiyoshi Fuchigami, dijo este domingo en una rueda de prensa que las autoridades harán todo lo posible para extinguir las llamas y realizarán las reconstrucciones necesarias para que los evacuados puedan volver a hacer vida normal.