Ronen Bar, el jefe del Shin Bet, el servicio de inteligencia y seguridad interior de Israel, ha admitido el error de la agencia a la hora de detener el ataque que Hamás perpetró el pasado sábado 7 de octubre, en el cual murieron más de un millar de israelíes. En una carta enviada el pasado sábado a los miembros de la organización, Bar ha reconocido que, a pesar de haber llevado a cabo "una serie de acciones" fueron incapaces de "generar la alerta suficiente que hubiera permitido frustrar el ataque", y en este sentido, ha asumido personalmente la responsabilidad. "Como la persona que dirige la organización, la responsabilidad de esto es mía", ha afirmado en la misiva. Con todo, ha apuntado que más adelante ya "habrá tiempo para hacer investigaciones", porque ahora están "luchando". El periodista israelí Yossi Melman ha asegurado que la intención de Bar es dimitir cuando se acabe la guerra.

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Los servicios de seguridad detectaron movimientos inusuales en la Franja de Gaza, pero no se consideraron una gran amenaza. Con todo, según informa The Times of Israel, Bar ordenó el despliegue de un pequeño equipo, que no pudo detener el ataque a gran escala que lanzó a Hamás. Aunque en la carta no da detalles sobre qué falló el 7 de octubre, el jefe del Shin Bet afirma que, las primeras horas de lucha, una vez ya se tenía constancia del ataque, fueron "difíciles y complejas". También ha detallado que una decena de agentes murieron en el combate con los terroristas y que muchos otros resultaron heridos.