El izquierdista Jeremy Corbyn ha sido reelegido líder del Partido Laborista británico tras un proceso de elecciones internas en el que compitió con el diputado Owen Smith, según confirmó hoy esta formación política en Liverpool (norte de Inglaterra).

Corbyn se impuso al otro candidato para dirigir el principal grupo opositor del gobierno conservador británico, al lograr el 61,8% de los votos frente al 38,2% obtenido por su rival. El veterano político revalidó así su mandato al frente del partido con 313.209 votos –60.000 más que los obtenidos cuando fue elegido líder laborista por primera vez, en 2015, con 251.417 votos–, frente a las 193.229 papeletas logradas por Smith.

Tras anunciarse el nombre del ganador de esos comicios internos, Corbyn urgió al laborismo a "trabajar juntos para lograr un verdadero cambio" en el Reino Unido. Corbyn "agradeció" a su rival en este proceso, Owen Smith, "las buenas discusiones mantenidas" durante un "verano interesante" y remarcó que ambos son parte "de la misma familia laborista", algo que "siempre va a ser así".

"Yo haré lo que esté en mi mano para recompensar por la confianza y el apoyo y unificar el partido", aseguró Corbyn, quien también dijo estar dispuesto a centrar sus energías en lograr "una alternativa genuina" contra los planes del gobernante partido tory, "que amenazan con hacer retroceder al país".

Sindicatos

Los sindicatos –principal fuente de financiación del partido– fueron los primeros en acoger con entusiasmo la revalidación del liderazgo de Corbyn, si bien diferentes líderes sindicales coincidieron en que el partido tiene ante sí un gran reto.

Dave Prentis, secretario general de Unison, consideró hoy que Corbyn "ha ganado porque ha captado las ilusiones de los miembros del partido". "Sus simpatizantes se sienten inspirados por las promesas de poner fin a la austeridad, reparar los servicios públicos y construir un tipo de economía diferente", apuntó Prentis al tiempo que reconoció el "desafío político" que deberá afrontar el líder.

Primeros deberes

La reelección del político, que fue elegido por primera vez el 12 de septiembre del 2015 con el arrollador voto de las bases, se produce tras unas tirantes elecciones internas, que se han percibido como una batalla ideológica entre las bases y los diputados.

El nuevo líder tendrá que formar en los próximos días su equipo opositor, tarea que se complica en el caso de Corbyn ante la falta de aliados en la Cámara de los Comunes. Otra decisión que deberá afrontar el partido es la de si el líder continúa escogiendo a su equipo, como se viene haciendo hasta la fecha, o si los diputados y las bases deben votar.

Según indican hoy los analistas, la prioridad de Corbyn debe ser unificar el laborismo, así como preparar al partido para la posibilidad de que la primera ministra conservadora, Theresa May, convoque elecciones anticipadas.

También tendrá que establecer el plan de la oposición ante la futura negociación del Ejecutivo con Bruselas del Brèxit, la salida del país de la Unión Europea (UE), que comenzará en 2017.