La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el día a día de la gran mayoría de la población ha representado un cambio de paradigma tecnológico. Una revolución que muchos expertos tildan de histórica, pero que de la misma forma que puede generar enormes beneficios, también comporta riesgos de una dimensión incalculable. Por este motivo, este lunes el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado que recurrirá a una ley de tiempo de guerra para regular la inteligencia artificial (IA). La medida otorga al gobierno federal amplios poderes para controlar el desarrollo y el uso de esta tecnología. "Esta tecnología tiene que ser gobernada, no puede haber discusión", ha defendido Biden en un discurso en la Casa Blanca. La norma de emergencia, según ha recordado el presidente, se usa en casos "extremadamente excepcionales", como para reclutar a las tropas, o para movilizar recursos durante la pandemia. Ahora, también para regular esta nueva tecnología.

La ley otorga al gobierno federal la capacidad de regular el desarrollo y el uso de la IA en diferentes áreas. Sin embargo, el gobierno federal también podrá establecer requisitos de seguridad para los sistemas de IA, así como prohibir su uso en aplicaciones que puedan representar un riesgo para la seguridad nacional. La ley se produce en un momento en que la IA está ganando importancia a pasos agigantados por todo el mundo. La tecnología se está utilizando cada vez más en una amplia gama de aplicaciones, incluyendo la conducción autónoma, la medicina o la defensa. No obstante, el rápido desarrollo de la IA también ha planteado una serie de preocupaciones, incluyendo el riesgo de que la tecnología sea utilizada para hasta malignos o la pérdida de puestos de trabajo, tal como ha recalcado el comunicado emitido por la oficina de Biden.

"Asistiremos a cambios tecnológicos más profundos en los próximos cinco años que en los últimos 50. Y en esta revolución la tecnología más importante de nuestro tiempo es la inteligencia artificial, que está acelerando los cambios. En gran parte, está mejorando nuestras vidas, nos ayudará a explorar el universo, a poner fin al cáncer", ha dicho, "pero también las está empeorando: por ejemplo, permite utilizar los datos personales de los adolescentes para descubrir qué los mantendrá enganchados a sus teléfonos, o como hacer que las redes sociales sean más adictivas. Todo eso tiene potencial para provocar uno profundo mal en su salud mental y su bienestar", ha afirmado el presidente de los EE.UU.

El punto más destacado de este decreto es que a partir de ahora las empresas dedicadas a la IA en los Estados Unidos estarán obligadas a notificar a las autoridades cualquier avance que suponga un "riesgo grave para la seguridad nacional, económica o para la salud y seguridad públicas". También estarán obligadas a perfeccionar los mecanismos que refuercen la confianza en estos avances tecnológicos, según consta en un documento que la Casa Blanca ha hecho público antes de la comparecencia de Biden. Para implementar estas medidas concretas se creará la Junta de Seguridad de IA, dependiente del Departamento de Seguridad Nacional. La orden también promete proteger a los estadounidenses del "fraude y el engaño" que pueden implicar estas tecnologías, con, por ejemplo, la alteración de documentos o imágenes oficiales, en las comunicaciones del Gobierno y las agencias federales.