El presidente en funciones de Estados Unidos, Joe Biden, se despide para dejar paso al electo Donald Trump, que tomará posesión del cargo en tan solo cinco días. En su discurso de despedida pronunciado este miércoles desde el Despacho Oval de la Casa Blanca y dirigido a todo el país, el mandatario demócrata ha alertado de que "se está gestando una oligarquía" en EE.UU., "construida sobre la concentración extrema de riqueza, poder e influencia". Sobre esto, Biden ha afirmado sentirse "profundamente preocupado" por la "peligrosa concentración de poder en manos de unos pocos individuos ultrarricos".

En este sentido, se ha detenido a abordar la concentración de poder tecnológico, sin citar explícitamente a los magnates como Elon Musk, Mark Zuckerberg o Jeff Bezos a los que hace referencia, pero sí comparando las actuales circunstancias con el famoso "complejo industrial-militar" del que alertó el presidente Dwight E. Eisenhower en su discurso de despedida en 1961. "El ascenso del complejo industrial-tecnológico trae peligros reales para nuestro país también. Los americanos están siendo enterrados en una avalancha de desinformación, permitiendo un abuso de poder", ha apuntado, y ha lamentado que las redes sociales "abandonen la verificación de información". "La verdad se ahoga con mentiras contadas por poder y beneficio", ha concluido.

"Si el abuso de ese poder no se detiene ahora, las consecuencias serán graves", ha añadido el presidente en su último discurso oficial desde la Casa Blanca, y acto seguido ha señalado que esta oligarquía a la que hace referencia supone una "amenaza" para la democracia, los derechos y libertades fundamentales y la igualdad de oportunidades para que todo el mundo pueda prosperar, por lo que no puede continuar "sin vigilancia" y deben "seguir las mismas reglas que todo el mundo". En este sentido, los ha comparado con los robber barons del siglo XIX, conocidos por utilizar métodos faltos de escrúpulos para enriquecerse, y ha asegurado que los americanos ya se han enfrentado a esto previamente.

Mantener la fe

Biden también aprovechó esta última oportunidad de dirigirse directamente a la nación para hacer balance de su gestión en los últimos cuatro años, una presidencia que queda rodeada a banda y banda por los dos mandatos no consecutivos de la era Trump. "Sabemos que llevará tiempo sentir el verdadero impacto de todo lo que hemos logrado juntos, pero las semillas están plantadas, y con el tiempo crecerán y darán frutos durante décadas", ha afirmado. Biden ha citado la creación de empleo, y como esta puede hacerse de la mano de la lucha contra el cambio climático creando puestos de trabajo en las industrias del futuro; también el reciente acuerdo de alto al fuego entre Hamás e Israel en Gaza; el fortalecimiento de la OTAN —ante las reticencias de Trump, que pide que el resto de miembros inviertan más en defensa—; o la puesta al día en la competencia económica y de liderazco mundial con China.

"El poder del presidente no es ilimitado"

El octogenario Biden no ha aludido directamente a Trump, si bien ha dejado entrever diversas referencias. "El poder del presidente no es ilimitado, no debe serlo, y en una democracia, la concentración de poder y riqueza también representa un gran peligro", ha dicho. También ha añadido que "socava el sentido de unidad y propósito común, genera desconfianza y división. Participar en nuestra democracia se vuelve agotador, incluso desilusionante, y la gente siente que no tiene oportunidades". El mandatario, que el próximo lunes, 20 de enero, entregará el mando a Trump, ha hecho un llamado al pueblo estadounidense a "ser guardianes" y "mantener la fe" en el país. "Todavía creo en la idea por la que esta nación existe, una nación donde la fortaleza de nuestras instituciones y el carácter de nuestra gente importan y deben perdurar", ha dicho "Ahora es su responsabilidad estar de guardia. Que todos vosotros seáis los guardianes de la llama. Que mantengáis la fe", ha concluido.