El primer ministro británico, Boris Johnson, apuesta por una vía cada vez más conflictiva con la Unión Europea (UE) y pone en peligro las relaciones entre las dos partes y la convivencia en Irlanda del Norte. En un discurso pronunciado este martes por el secretario de Estado por el Brexit, David Frost, los británicos se han posicionado abiertamente en contra del Protocolo del Brexit sobre Irlanda del Norte, que ya han derogado de manera unilateral en tres ocasiones, y de la supervisión del Tribunal de Justicia Europeo (TJUE).
Peligra el acuerdo (y la paz)
En su discurso, Frost ha cargado contra la CE por haber abierto procedimientos de infracción contra el Reino Unido a raíz de su incumplimiento continuado del Protocolo de Irlanda del Norte, algo que será considerado por el TJUE: "No parece haber discreción sobre como se aplican las disposiciones del Protocolo. La decisión de la Comisión de iniciar procedimientos de infracción contra nosotros a principios de año a la primera instancia de desacuerdo muestra por qué estos acuerdos no funcionarán en la práctica", ha sentenciado.
Por su parte, la Comisión Europea (CE) ha recordado que el TJUE es necesario para que Irlanda del Norte siga teniendo acceso al mercado comunitario de la UE, que es lo que se acordó en el Protocolo de Irlanda del Norte. Eso, a su vez, garantiza que la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda siga siendo invisible, un hecho necesario porque así se estableció al Acuerdo del Viernes Santo de 1998, que puso fin a tres décadas de conflicto violento.
Futuro incierto
Pero a raíz del Brexit, los miedos por el incremento de las tasas, el desabastecimiento en las tiendas y la presión de los norirlandeses unionistas (algunos de los cuales se retiraron del acuerdo de paz) han llevado al gobierno de Johnson a aplazar su aplicación hasta tres veces.
Bruselas publicará este miércoles sus propuestas para reformar el protocolo y se espera que estas se centren en cómo resolver los asuntos prácticos que plantea ahora la circulación de productos de Gran Bretaña a la provincia británica.
El portavoz jefe de la CE, Eric Mamer, insistió este lunes en que Bruselas tiene una posición "muy clara" que consiste en "asegurar que el protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte se aplica".
"Por supuesto, estamos buscando soluciones a cuestiones prácticas que afectan a la vida diaria de la gente. Eso está claro, queremos ser constructivos, abiertos, pero en el marco del acuerdo, tal y como se ha firmado", constató.
Así y todo, la situación en las Islas Británicas no parece mejorar. La declaración abierta de enfrentamiento por parte de Londres anuncia que las negociaciones de la ruptura definitiva con la UE todavía no han acabado. El futuro y la convivencia de los norirlandeses se plantea, cuando menos, incierto.