El primer ministro británico, Boris Johnson, ha considerado que su victoria por la mínima en la moción de censura interna del Partido Conservador es "convincente" y asegura que tiene intención de "seguir adelante" al frente del Ejecutivo, descartando la posibilidad de dimitir tras unos resultados que suponen un golpe muy duro para el político. "Lo que debemos hacer ahora es unirnos, como gobierno y como partido", para "centrarnos en las cosas que creo que realmente le importan a la gente", dijo Johnson a la BBC tras conocerse que 148 de sus 359 diputados (más de un 40 %) han votado en su contra. Si bien el resultado no supera los 180 votos necesarios para forzarle a dimitir, la derrota es más dura que la que sufrió en 2018 su antecesora, Theresa May, que se vio obligada a renunciar al cargo pocos meses después de sobrevivir a una moción similar.
Con todo, Johnson insistió en que el resultado de hoy es "extremadamente bueno". "Esto nos permite centrarnos en ayudar a la gente con el coste de la vida, en acabar con las listas de espera generadas por la covid, en hacer que nuestras calles y comunidades sean más seguras", esgrimió. El mandatario conservador indicó asimismo que el respaldo que ha recibido hoy por parte del 59 % de sus diputados es mayor que el que tenía cuando lo eligieron para dirigir el partido en 2019. Cuestionado por la posibilidad de adelantar unas elecciones para tratar de cimentar su liderazgo, Johnson descartó ese escenario. "Ciertamente, no estoy interesado en elecciones anticipadas. En lo que estoy interesado es en cumplir con los ciudadanos de este país", señaló.
Los medios británicos ya advertían que en torno a 160 de los parlamentarios tories ocupan algún cargo gubernamental que pondrían en riesgo ante un cambio de líder, algo que los expertos consideran una posible ventaja para Johnson.
El origen: las fiestas pandémicas
El origen de esta moción se encuentra en el escándalo de las fiestas durante la pandemia, que ha erosionado la imagen pública de Johnson, especialmente después del informe de la alta funcionaria Sue Grey que lo apunta directamente, y ha desplomado a los conservadores en las encuestas. Diputados tories de todas las facciones del partido, desde el ala dura "brexitera" hasta la más moderada, han expresado en las últimas semanas un creciente descontento con su propio primer ministro, los suficientes como para que se celebrara la moción, aunque el resultado final haya sido favorable a Johnson.
En su informe, Grey dio detalles de cómo se fueron desarrollando las celebraciones en Downing Street, cuando el resto de los británicos tenían muy restringida su vida social con unas medidas duras para evitar la propagación de la covid. Ahora, se sabe que estas fiestas en la sede del gobierno británico y residencia oficial de Johnson y su familia hubo peleas, vómitos y karaokes. Además, uno de los testimonios explicaba a The Guardian que se llegaron a juntar tantas personas en las fiestas que se tenían que sentar unos sobre los otros mientras el ministerio de Sanidad pedía a los ciudadanos que mantuvieran la distancia social y redujeran sus contactos.
El informe también recoge que un trabajador de limpieza abrió la puerta de la habitación donde se habían celebrado las fiestas y se encontró con las paredes y cajas de papeles manchadas de vino, después de una fiesta el 18 de diciembre de 2020. Tres días antes, un trabajador del "número 10" habría enviado un mensaje interno hablando de "borrachera" y recomendando al personal salir por la puerta trasera, para evitar que fueran fotografiados.