El primer ministro británico, Boris Johnson, ha asegurado que el Reino Unido no necesita seguir las reglas económicas de la Unión Europea en un futuro acuerdo comercial con las autoridades comunitarias, a la vez que ha abogado para imitar el pacto que el bloque comunitario mantiene con el Canadá.
"No hay necesidad de un acuerdo de libre comercio que implique aceptar las reglas de la Unión Europea en políticas de competencia, subsidios, protección social, medio ambiente o cualquier cosa parecido más allá de la obligación que la Unión Europea tendría que tener de aceptar las reglas del Reino Unido", ha dicho Johnson, en una comparecencia ante la prensa para explicar la estrategia británica después de la salida de la Unión Europea.
Johnson ha dicho que el Reino Unido mantendrá "los más altos estándares" en las diferentes áreas mencionadas, "más altos en muchos aspectos que los de la Unión Europea", "sin la obligatoriedad de un tratado". "Es vital decir esto ahora de manera clara porque a menudo hemos tenido que elegir entre un acceso completo al mercado de la Unión Europea, aceptando sus reglas y tribunales como en el modelo de Noruega, y un acuerdo de libre comercio, que abre los mercados e impide toda la panoplia de la regulación de la Unión Europea, como el acuerdo del Canadá", ha indicado.
El primer ministro británico ha asegurado que el Reino Unido "ha adoptado su decisión" y que pasa por "un acuerdo integral de libre comercio parecido al del Canadá", según informa el diario británico The Guardian.
El acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Canadá establece la eliminación de los aranceles en la importación en la mayoría de productos, aunque también excluye algunos alimentos como los huevos o el pollo. En virtud del pacto comercial, empresas de la Unión Europea pueden presentarse a licitaciones públicas en el Canadá y compañías canadienses pueden participar en concursos empresariales públicos en países de la Unión Europea.
En el apartado de pesca, el primer ministro británico ha dicho que el Reino Unido está dispuesto a permitir que los barcos de países de la Unión Europea sigan pescando en aguas británicas pero siempre que esta autorización se revise de forma anual y se dé prioridad a los pesqueros británicos. "Estamos dispuestos a estudiar un acuerdo sobre pesca pero tiene que reflejar el hecho de que el Reino Unido será un país costero independiente a finales del 2020, con el control sobre sus aguas", ha indicado Johnson.
Este acuerdo pesquero, según ha recalcado, tendrá que incluir "negociaciones anuales con la Unión Europea, utilizando los últimos datos científicos y garantizando que las zonas de pesca británica son primero y principalmente para los barcos británicos".
El jefe del Gobierno británico ha resumido así las líneas generales de la estrategia de su ejecutivo de cara a la negociación para la relación con la Unión Europea a partir de la finalización del periodo de transición del Brexit, a finales del 2020.