El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, ha sido nominado este martes por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) para ocupar el puesto de alto representante para la Política Exterior comunitaria.
El político socialista, de 72 años, que ya fue presidente del Parlamento Europeo entre 2004 y 2007 y desde junio de 2018 ha ejercido como ministro de Exteriores en el gobierno de Pedro Sánchez, sustituirá en el cargo a la también socialista italiana Federica Mogherini.
La persona que ocupa el cargo de alto representante para la Política Exterior asume al mismo tiempo una de las vicepresidencias de la Comisión Europea, con lo que Borrell se convertiría en el representante español en el Ejecutivo de la UE. En esta nueva legislatura, el cargo de alto representante, también incluirá las competencias en ayuda humanitaria y en la política de ayuda y desarrollo hacia África.
El nombramiento tiene ahora que ser aceptado por el nuevo presidente de la Comisión Europea y avalado por el Parlamento Europeo, que debe dar su visto bueno al conjunto de miembros del Ejecutivo comunitario.
Ahora bien, de las cinco carteras comunitarias que se decidían en esta cumbre europea, la del alto comisionado es la menos relevante y con menos pes dentro de la Unión Europea, aunque representa un altavoz en el plano internacional, el poder efectivo se prácticamente nulo, ya que las decisiones en materia diplomática dentro de la UE se toman por unanimidad entre todos los miembros de la Unión, y la voz cantante la llevan los gobiernos alemán y francés.
De hecho desde La Moncloa, no se las tenían todas de librar la batalla para conseguir que Borrell fuera el nueve jefe de la diplomacia Europea, puesto que espanya prefería conseguir la vicepresidencia económica, que dentro del Ejecutivo comunitario tiene más bastante, y que por lo tanto, la elección de Borrell se ve, desde Europa, como un premio de consolación para España.